DÉJAME QUE TE CUENTE SOBRE EL PAÍS DE LAS
MONTAÑAS: SUIZA (parte II)
Entrada precedente: Déjame que te cuente sobre el país de las montañas: Suiza (parte I).
…además de conservador:
La mentalidad suiza es mayormente conservadora, y poco dada al cambio en general. Aun así, esto no quita para que Suiza
sea uno de los países más desarrollados del mundo; y en este punto me permito repetir el 28% de inmigrantes que conforman
su población, el mayor porcentaje del mundo. Con lo que esta afirmación de que la población suiza es “poco dada al
cambio” hay que encuadrarla en cambios de tipo económico, políticos y sociales.
Personalmente, tan sólo una semana después de llegar a Suiza ya había entendido por qué el país no quiere formar
parte de la Unión Europea.
Hay que partir de la base de que el modelo económico suizo es (a pesar de sus defectos, que también los tiene) de indudable
éxito y esto hace que pese a las múltiples oportunidades de voto que tienen los ciudadanos suizos (la democracia es
de tipo directo) a lo largo del año, tanto en elecciones, como sobre todo a través de referéndums, con carácter general
las más de las veces las opciones que resultan elegidas son las más conservadoras.
En otras palabras: Suiza, los ciudadanos suizos poseen un modelo (económico, político y social) ya exitoso de por sí
(poco paro, muy amplias libertades, altos salarios), donde han sabido guardar su autonomía y soberanía (entre
otras razones gracias a su tradicional política externa de neutralidad y a su estabilidad legal), y prefieren mantener
el status quo antes que lanzarse a experimentos / cambios de resultados inciertos que pudieran deteriorar el bienestar
social, la convivencia o su pujante economía.
Así, entre otras, iniciativas para adhesión a la UE, el establecimiento de un salario mínimo o incluso la de
una renta básica mínima han sido todas rechazadas.
Los idiomas:
Una de las más importantes características de Suiza es la gran cantidad de lenguas oficiales (y habladas) existentes
en un país de tan reducidas dimensiones. En concreto, hasta 4 lenguas son oficiales y conviven en perfecta armonía,
lo que le da una gran riqueza: alemán (lengua materna en el 60% del territorio), francés (20%), italiano (10%) y romanche
(menos de 1%). Nótese además las importantes diferencias entre estos idiomas: el alemán tiene raíces en las lenguas
germánicas, mientras que francés e italiano provienen directamente del latín. El romanche también proviene del latín,
pero de uso poco extendido y limitado al cantón de los Grisones, no resulta fácil de comprender.
Pero además, existe un 5º idioma (no escrito pero sí muy comúnmente hablado) que es el suizo – alemán, una variante
dialéctica del alemán autóctona de Suiza. Resulta sorprendente que para la administración y el mundo laboral,
todos los documentos (todos) están escritos en alemán (“Hauptdeutsch”), el mismo que se habla en Alemania; y sin embargo
en la calle sea comúnmente hablado el suizo-alemán. Esto, unido al hecho de que sólo en los últimos años se están
publicando diccionarios en suizo – alemán, hace extremadamente complejo aprender la lengua.
Dos curiosidades adicionales que he visto durante mis años en Suiza: la primera, que a los suizos, no les supone
ningún problema cambiar a alemán (hauptdeutsch) en caso de que la persona no conozca suizo – alemán. La segunda,
que los suizos, por motivos obvios, entienden alemán, mientras que los alemanes no entienden ni son capaces de
seguir las conversaciones en suizo – alemán.
Regiones lingüísticas de Suiza
Fuente: https://www.infosuiza.com/idiomas-en-suiza/
Así, cuatro cantones (Berna, Friburgo, el Valais y los Grisones) y una ciudad (Biena) son oficialmente bilingües o trilingües.
Con toda esta torre de Babel de idiomas, no es de sorprender que más del 40% de la población suiza mayor de 15 años hable
comúnmente 2 ó más idiomas, y, sobre todo en las grandes ciudades, es muy fácil encontrarse a gente capaz de
desenvolverse perfectamente en 3 ó más (generalmente alemán, francés y/o italiano, y además inglés).
La limpieza:
Una de las obsesiones de los suizos (creo que bienvenida sea) es sin duda la limpieza. La limpieza, y además de ésta, el orden.
Las calles de cualquier ciudad suiza están impolutas, incluso en el centro de grandes ciudades, y es difícil encontrar papeles
por el suelo, trozos de plástico, colillas o incluso hierbajos descuidados. Hay que salir de fiesta por zonas céntricas un viernes
o un sábado a altas horas de la madrugada para encontrar todo lo anterior por el suelo; porque ya antes del alba está recogido y
limpiado.
Pero además, esto se aprecia de una forma aún más nítida cuando alguien se muda a un nuevo apartamento: ¿te acuerdas
del famoso anuncio ochentero de “Tenn con bio-alcohol” y su archiconocido eslogan de el algodón no engaña? Pues ese es
exactamente el nivel que se pide en Suiza (de hecho, no me sorprendería, visto con perspectiva, que el creador de
aquel anuncio fuera suizo o al menos hubiera vivido un cierto tiempo en Suiza).
Si te mudas a un nuevo apartamento en Suiza, verás que el nivel de limpieza exigido es exquisito, al punto que
se pide precisamente que “si el propietario, a la entrega del apartamento, pasa un algodón por cualquier superficie
y éste se ensucia, entonces se considera que el apartamento entregado no está lo suficientemente limpio”.
No sé si te parecerá exagerado (una frase muy similar, si no esa misma fue la que me anunció la señora de la agencia
inmobiliaria, en primer día en Suiza, al entrar a mi apartamento), pero lo cierto es que para evitar situaciones desagradables
en las que se te puedan quedar con parte de tu fianza, es muy recomendable contratar empresas profesionales de limpieza,
las cuales además correrán con los gastos adicionales si la limpieza no se considerase la adecuada.
Los vecinos y las normas:
Otra de las características intrínsecas a Suiza (y en general a los países germanos) es su disciplina. A los niñ@s, en general,
se les enseña desde edades muy tempranas valores tales como la educación, la disciplina y el respeto. Y esto se traduce
en las numerosas normas (muchas de ellas de sentido común, pero en cualquier caso de aplicación estricta) y el cumplimiento
rígido de las mismas (tanto más cuanto más rural y de la Suiza interior sea la zona donde te encuentres).
Así, entre otras, una de las normas es que la de no hacer ruido en casa entre las 22:00 y las 6:00, con lo que, para el caso de que
montes una fiesta, si bien suele bastar con anticiparla un poco a los vecinos, no obstante que no te sorprenda si algún vecino llama
directamente a la policía, si el exceso es prolongado y evidente.
Se dice que los vecinos suizos pueden ser bastante maniáticos e intransigentes: a un amigo le encadenaron su bici
a una farola por aparcarla en un lugar incorrecto (tuvo que ir preguntando por diversas tiendas hasta dar finalmente con
el tendero que lo había hecho y que por lo tanto tenía la llave de la cadena), y a otro amigo, un vecino llamó a la policía
para multarle por haber aparcado su coche un sábado en un aparcamiento privado de empresa. Encuentro estos dos
ejemplos bastante ilustrativos sobre las consecuencias a las que uno se expone si no sigue las normas.
Los contratos de alquiler, por ejemplo, también suelen regular la presencia de animales domésticos en el apartamento.
Y qué decir de las multas de tráfico: cuántas veces he oído decir de ciudadanos suizos que “en Suiza hay que preparar
un presupuesto anual para las multas de tráfico”; y es que por ejemplo, por exceder 1 km/h la multa ya es de 40CHF.
Pero hay más, porque a partir de un determinado exceso, las multas van en función del salario.
A título informativo, el carnet de conducir español es reconocido en Suiza, y ante una hipotética mudanza a Suiza, dispones de
hasta un año para convalidarlo (entrega del carnet español y recepción de un carnet suizo). Superado el año, es
preciso pasar un examen, con lo que para estancias de más de un año de duración es muy recomendable cambiar el
carnet español por el suizo. Eso sí: una gran ventaja del carnet suizo es que no dispone de caducidad.
Finalmente, y siguiendo con el tráfico, exceder por hasta 2 horas tu hora máxima de estacionamiento son 40CHF,
y hasta 100 si lo superas de 4 a 10 horas. Si estás interesado en el coste en Suiza de las infracciones de tráfico así
como otras curiosidades relativas al tráfico y la red de carreteras suizas, puedes consultar este documento.
Orgullosos de su país:
Algo muy gratificante de ver es que los suizos están muy orgullosos de su país. A pesar del alto grado de descentralización
del país, de la amplia autonomía de los 26 cantones suizos y de las 4 lenguas oficiales y habladas, si hay algo común
en todos los suizos es su fuerte sentimiento identitario. Están orgullosos de sus montañas, de sus lagos,
de sus trenes, de Federer, del alto nivel de vida, del éxito económico suizo, de la limpieza y el orden que caracterizan
al país y, en general, de la tranquilidad que se respira en cualquier esquina de Suiza. Esto se plasma en algo que en pocos
otros países he visto: la multitud de banderas suizas que hay, casi por todas partes. ¡Hasta yo mismo compré una!
Bandera suiza y tranvía en Zürich
Foto: mía
La música:
Concerniente a la música tradicional suiza, es evidente que el cuerno alpino y el “yodeli” se llevan todas las miradas.
El cuerno alpino tiene poca presentación: se trata de un instrumento que usaban fundamentalmente los pastores.
Puedes leer más aquí.
Pero el yodeli sí es, sin duda, mucho más reseñable, melódico, alegre y en definitiva festivo y jovial; un sonido
agudo y rápido realizado con las cuerdas vocales verdaderamente hermoso. Me permito repetir aquí el hipervínculo
que ya compartí en la primera entrada.
Cuerno alpino y yodeli en “Astérix en Helvecia”
Foto: mía.
Celebridades suizas:
Roger Federer es, con diferencia, la personalidad suiza más conocida de los últimos años, pero… ¿sabrías citar alguna más?
No te preocupes, porque aquí mencionaremos algunas más: Martina Hingis, Johanna Spyri, Le Corbusier, Paul Klee.
En este punto, me voy a permitir hacer una pequeña reseña sobre la relación, a este nivel, entre Suiza y España,
bastante más grande e intensa de lo que habría esperado en un primer momento, tras haber hecho un poco de
investigación: la guapa actriz Silvia Espigado (la recordarás por sus papel en Cuéntame, entre otras series) resulta
que es de Berna, el archiconocido Fútbol Club Barcelona resulta que lo fundó el suizo Joan Gamper; el actor
Carlos Iglesias pasó su infancia en Suiza (y vuelve aquí cada cierto tiempo, como puedes comprobar en la foto de abajo).
Foto: mía. Carlos Iglesias y yo.
Y finalmente, la que a mi manera de ver es la joya de la corona: Los Hispano – Suiza, los coches de más alta calidad
que se realizaron en el mundo (tenían un prestigio superior al de Rolls Royce o Bugatti, para que te hagas una idea)
durante las primeras décadas del siglo pasado, y que deben su nombre a las personas que fundaron la sociedad:
el ingeniero suizo Markus Birkgit y el empresario español Damián Mateu.
Hispano Suiza modelo Alfonso XIII, en una de sus múltiples variantes.
Fuente: aquí.
Nota: prometo reemplazar esta foto en cuanto pueda sacar una foto a una de mis miniaturas Hispano Suiza
que lamentablemente no tengo aquí.
Y ya por último, mencionar también al genio Einstein y a la reina del rock tristemente fallecida hace apenas unas
semanas: Tina Turner. Albert Einstein vivió en Berna de 1902 a 1909, y fue ahí donde desarrolló su Teoría de la Relatividad.
Además, también fue profesor de la Universidad de Zurich, donde también vivió de 1912 a 1914.
Estatua en la Universidad de Zürich
Fuente: aquí.
Nota: una de las fotos que prometo actualizar por una foto propia.
Pero Suiza, además, es mucho más que esto: es el país de Heidi y el país de Guillermo Tell.
Y es también el país donde se desarrolla una de mis películas favoritas y muy famosa en España: “Un Franco, 14 pesetas”.
Como inmigrante, varias de las escenas que se representan las he vivido, casi punto por punto. Te dejo
aquí el hipervínculo a la película, peliculón en realidad, con el que a buen seguro se te escapará alguna lagrimilla,
además de muchas sonrisas.
Para concluir con este punto y subpunto, no me puedo olvidar de dejarte el maravilloso libro de Astérix en Helvecia.
Se describen con gran maestría y el fantástico humor de los entrañables Astérix y Obélix varios de los hábitos y costumbres
suizas que me he permitido compartir en esta entrada de blog, y que es fácil identificar y percibir en cuanto se pisa territorio suizo.
A título más que anecdótico, en un claro signo del destino, éste fue el primer libro que tuve (y todavía conservo) de Astérix y Obélix.
Tenía 12-14 años cuando la versión española (no puedo poner foto ya que no la tengo aquí conmigo) cayó en mis
manos (y sigo conservando; pondré foto en cuanto pueda)
Viñetas en alemán del libro “Astérix en Helvecia”
Foto: mía.
Por cierto: hoy, que es 1 de agosto, así que… ¡Feliz día de Suiza!
“Equipación” para festejar el día nacional suizo: camiseta de la selección nacional suiza, muñequeras, speck y jamón
con forma de bandera suiza y todo ello son la bandera suiza de fondo. 😊
Foto: mía
Continuará…