La Cataluña separatista
tiene que votar. El resto de España tiene que vetar.
Son 40 años de dictadura separatista. Son
40 años donde el separatismo ha contaminado con su excluyente y totalitaria ideología
una parte cada vez más importante de la sociedad catalana, donde los derechos
más fundamentales de aquellos que no comparten sus tesis han sido repetidamente
pisoteados (derechos lingüísticos, libre opinión de ideas no separatistas). Dado
que resulta difícil pensar en una reversión de la situación a corto/medio plazo,
con independencia del cauce empleado (y sin acudir a una represión militar que
no es deseable y ni siquiera justificable en pleno siglo XXI en el mundo en que
muchos creemos, y donde el respeto a la vida y a las libertades consideramos es
primordial), lo único que queda es decidir en aquello que sí podemos decidir. En la vida gana quien más rápido se adapta
a las situaciones creadas. Propuestas, en función de lo que suceda en las
próximas semanas, quizás días o incluso horas.
1)
Retirada
inmediata de la nacionalidad española a todas aquellas personas que se demuestre
fehacientemente que son separatistas. Hay que evitar que los separatistas gocen
de las ventajas de ser español (por ejemplo, éstas) teniendo doble nacionalidad.
No se puede tener una independencia a la
carta. Si se es independiente tiene que ser con todas las consecuencias.
2)
Establecimiento
inmediato de fronteras, puestos fronterizos. Si lo que se busca
es dividir, hay que hacerlo de manera efectiva. Este argumento es, al final, lo
que desea el separatismo. Estaríamos cumpliendo su deseo.
3)
Boicot económico a todos
los productos que provengan de este territorio. Más del 80% del mercado es europeo; un 40% español.
4)
Impulsar y liderar en Europa una política arancelaria, de cara a las
relaciones comerciales con el nuevo Estado naciente. Además, el Euro tiene que dejar de ser moneda legal en
una hipotética Cataluña independiente.
5)
Negociación
por todas aquellas infraestructuras e
inversiones materiales del Estado español en Cataluña de las que ya no
podremos seguir disfrutando el resto de españoles.
6)
Cortar de
manera inmediata el Fondo de Liquidez Autonómico y cualquier otra fuerte de
financiación.
7)
En
relación a la UE, cabe de esperar un próximo intento de proceso de
ingreso por parte de una Cataluña independiente. Dado que una parte importante
de los ciudadanos de este presumiblemente país independiente nos odian, de
ninguna de las maneras podemos permitir el ingreso de éstos en el mismo marco
unitario común como lo es el de la UE. El veto
tiene que tener carácter permanente e
indefinido. Como recordatorio, el voto de aceptación de un nuevo socio
comunitario tiene que ser unánime, es decir, de todos los países.
El razonamiento detrás
es que si los separatistas llevan 40 años odiando a España, los españoles y
todo lo que esto representa, de ninguna de las maneras podemos permitirles el
ingreso en esta unidad común en la que además entrarían con la vitola de “ser
ganadores”, de “habernos derrotado”. Si durante estos 40 años, pese a que
Cataluña ha funcionado de manera efectiva de forma independiente merced al
enorme traspaso competencial y pese a eso ha sido España la receptora de todas
las iras y de todos los males (recordemos, más del 90% de las competencias
transferidas desde el Estado a las CCAA, en concreto CAT es la que más de largo
ha disfrutado de ese traspaso con casi 200 acuerdos de transferencia de
competencias de las diversas políticas, a título orientativo le sigue Andalucía
con 155 acuerdos), en modo alguno podemos permitirles que compartan marco
legislativo y real con nosotros, donde correríamos claro peligro de que
impulsen resoluciones en nuestro perjuicio o nos sigan haciendo la vida
imposible desprestigiándonos a título individual y colectivo. Hay que evitar por todos los medios que nos sigan llamando fascistas
impunemente, con independencia de la ideología de cada
uno; o que pisoteen la Historia de uno de los países con mayor acervo y legado cultural del
mundo; que nos humillen o como poco nos menosprecien.
Los 7 puntos
anteriores, reflexionados rápidamente y por lo tanto susceptibles de ser
ampliados, distan, para el buen orden, de ser deseos de venganza o rencor.
Antes al contrario se trata de ser
pragmático, evitar capitalizar a futuro los problemas que la sociedad española
tiene actualmente y en decidir sobre lo que sí se puede decidir. Y sobre
todo: seriedad y rigor en las decisiones tomadas. Las decisiones tienen consecuencias y hay que asumirlas.
Tras 40 años de
dictadura separatista en España, no hay mucho más que negociar. ¿Dinero? ¿Competencias? ¿Hasta cuándo? Y sobre todo: ¿hasta dónde? Sin duda España
ha hecho muchas cosas mal y como todos, no es un país perfecto. El mayor error
ha sido ceder, conceder y retroceder sistemáticamente a nivel estatal por parte de los dos
principales partidos (especialmente grave el error de transferir la política Educativa, como ya hemos puesto de manifiesto en este mismo blog), durante 40 años; ya se sabe: “tú apóyame en Madrid y mientras haz lo que
quieras en Barcelona / Vitoria”.
Cataluña y País Vasco,
País Vasco y Cataluña han gozado y gozan de un elevadísimo nivel de autonomía,
superior al de länder alemanes y cantones suizos. Son, junto a Madrid,
las regiones más ricas de España. Cupo Vasco. 193 acuerdos de Competencias de
transferencia de competencias del Estado a Cataluña. Pero ha servido de poco
más que para exarcebar ánimos y transferir a la población el erróneo mensaje de
que las culpas son de España, a pesar del elevadísimo nivel de autonomía y de
que la inmensa mayoría de las decisiones dependen de cada región porque las
competencias están transferidas.
El Estado de las Autonomías ha sido un éxito, pero se ha comunicado de forma muy poco eficiente, por lo que en ambas regiones ha fracasado. Es el momento de construir un país en el que estemos quienes de verdad queramos estar y quienes, pese a diferencias, tengamos claros al menos el puñado fundamental de conceptos básicos. Eso refuerza la ciudadanía de un país y la pone en disposición de hacer frente a los múltiples problemas que de verdad tiene.
El Estado de las Autonomías ha sido un éxito, pero se ha comunicado de forma muy poco eficiente, por lo que en ambas regiones ha fracasado. Es el momento de construir un país en el que estemos quienes de verdad queramos estar y quienes, pese a diferencias, tengamos claros al menos el puñado fundamental de conceptos básicos. Eso refuerza la ciudadanía de un país y la pone en disposición de hacer frente a los múltiples problemas que de verdad tiene.
El separatismo se ha precipitado, porque
han llevado todo esto adelante con una fuerza importante pero no suficiente,
fracturando así en dos la sociedad catalana. Por eso, aún hay una mínima
esperanza, pero esto sólo lo pueden revertir los catalanes no separatistas saliendo
a la calle reivindicando sus derechos, pisoteados y prostituidos. Pero si no,
es mejor que seamos 35-40 millones de ciudadanos por entero ilusionados con un
proyecto que 47 millones donde constantemente un puñado ponga en tela de juicio
las bases más fundamentales desde hace 40 años.
En la vida, principio darwinista, gana quien más rápido se adapta a las
situaciones creadas. Ésa es
la razón de la supervivencia de aquellas especies que antes se adaptan a los
cambios creados.
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