NADA HA CAMBIADO (LA VIDA SIGUE IGUAL)
Tengo
un vivo recuerdo de las elecciones de 2011. Parece haber llovido mucho pero en
realidad fueron, como quien dice, ayer por la tarde. Eran las primeras ya
dentro del túnel de la crisis, superada la primera oleada y estábamos encarando
la segunda; la de la famosa "crisis" de deuda pública, donde los
poderes fácticos decidieron que el problema de los países del sur de Europa era
la deuda pública. No sé hasta qué punto era el caso de Grecia (su problema fue
que mintieron en sus cuentas públicas, no lo olvidemos; apoyados entre otros
por Goldman Sachs [envueltos en diversos escándalos financieros y uno de los
directos especuladores causantes de la actual crisis], tampoco lo olvidemos),
Portugal o Italia, pero sí está claro que para el caso español no tuvieron en
cuenta (tal y como en este mismo blog ya hemos señalado en alguna otra ocasión)
que:
1) las cuentas públicas españolas seguían
hasta ese momento saneadas (sobre todo en comparativa con países de nuestro
entorno como Alemania, Francia o Reino Unido a los que nos tenemos que comparar)
ni tampoco
2) en España, la deuda pública representaba,
en esos momentos, el 25% del total de deuda (el resto era deuda... privada)
Craso error
(en cursiva, pues cuesta creer que fuera la ignorancia la que guió aquellas
decisiones) que terminamos pagando los españolitos (entre otros) de a pie.
Se produjeron elecciones, que ganaría la
derecha, el PP. Entonces empezaban a aflorar los (sus) escándalos de
corrupción, el separatismo catalán empezaba a ser un problema serio y el
desempleo comenzaba a alcanzar cifras récord. España entonces, como ahora, optó
por atemorizarse ante el "qué dirán" (los mercados internacionales en
este caso), antes que primar su verdadera necesidad: recuperar empleo y producción.
Y se votó PP. Así nos ha ido.
Más,
incluso, porque una parte importante de la población, fruto del descontento
generalizado, materializaba en movimientos más o menos populares (Indignados,
el 15-M) que al final cristalizaban en un partido populista, anclado
ideológicamente en la revuelta izquierda española de los años treinta.
Éstos,
pese a lo que piensan de sí mismos, tienen más paralelismos con la derecha (rancia)
de lo que ellos mismos creen, pues si a aquellos se les llena la boca con la
palabra "España", éstos hacen lo propio con la palabra
"pueblo". A la imagen de aquellos dictadores de los años 30. De hecho,
ya en este 2015 - 2016 de incertidumbre electoral-gubernamental, se han dejado
llevar por el espíritu dictatorial comunista: rechazaron pactar con el PSOE
cuando el PP (habiendo ganado las elecciones, pese a todo) no pudo formar
Gobierno porque pensaron que en unas nuevas elecciones ellos se alzarían con el
primer puesto. Olieron sangre y les pudo la avaricia.
Y
les ha salido el espíritu antidemocrático, pues se autoproclaman portavoces del
"pueblo", al que dicen representar, pero resulta que el "pueblo"
votó PSOE antes que a ellos, y PP antes que a ninguno; los votaron primero y los volvieron a votar después. Incomprensible que ellos
hayan sido algunos (no todos) de los que se han obcecado en intentar unas
nuevas elecciones: las elecciones las ganó el PP. Y las segundas de forma más clara que las primeras.
A ellos, a Podemos, que parece que tanto les gusta revivir los convulsos años 30, cabe recordarles que una de las razones por las que se perdió la Guerra Civil fue por su propia culpa, por culpa del comunismo intentando preponderar excluyendo al resto de fuerzas de izquierda. Pero estamos en el siglo XXI, queda a la vuelta de la esquina hacer un siglo de eso. La Historia se repite. Nada ha cambiado. La vida sigue igual. Que miren para adelante y levanten anclas.
A ellos, a Podemos, que parece que tanto les gusta revivir los convulsos años 30, cabe recordarles que una de las razones por las que se perdió la Guerra Civil fue por su propia culpa, por culpa del comunismo intentando preponderar excluyendo al resto de fuerzas de izquierda. Pero estamos en el siglo XXI, queda a la vuelta de la esquina hacer un siglo de eso. La Historia se repite. Nada ha cambiado. La vida sigue igual. Que miren para adelante y levanten anclas.
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