miércoles, 11 de abril de 2012

ESPAÑA VA BIEN (JODIDA) [ II ]


El progreso tecnológico:

  Por lo tanto, en la medida en que hablamos de economías maduras y de países desarrollados, la consecución del crecimiento económico se vuelve cada vez más dependiente del progreso tecnológico, hasta el punto de que éste es el determinante clave de la productividad del trabajo, y más ampliamente, del crecimiento económico.
 
  Incluso, en la medida en que un país se desarrolla, la capacidad de innovación propia se vuelve fundamental para lograr avances en el progreso tecnológico, puesto que adquirir ésta del exterior se va haciendo más costoso y difícil, tanto financieramente como porque los propios procesos, ideas y procedimientos se vuelven cada vez más complejos (Rafael Myro). Esto anterior explica que, en los años 50 y 60 en los que nuestro país entraba en el desarrollo, este progreso tecnológico provenía fundamentalmente de las empresas extranjeras que decidían instalarse aquí (importación de equipos, compra de patentes), pero desde hace un par de décadas esto anterior se ha vuelto inexistente. Más aún, porque el esfuerzo tecnológico español, tradicionalmente ha sido muy exiguo.

 
Gross total expense on R&D (% GDP)
Country/Year
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Belgium

2,07%
1,94%
1,87%
1,86%
1,83%
1,86%
1,89%
1,97%
2,03%
1,99%
Denmark

2,39%
2,51%
2,58%
2,48%
2,46%
2,48%
2,58%
2,85%
3,06%
3,06%
Finland

3,32%
3,36%
3,44%
3,45%
3,48%
3,48%
3,47%
3,70%
3,93%
3,88%
France

2,20%
2,24%
2,18%
2,16%
2,11%
2,11%
2,08%
2,12%
2,26%
2,26%
Germany

2,47%
2,50%
2,54%
2,50%
2,51%
2,54%
2,53%
2,69%
2,82%
2,82%
Greece

0,59%
n.a.
0,57%
0,56%
0,60%
0,59%
0,60%
n.a.
n.a.
n.a.
Italy

1,08%
1,12%
1,10%
1,09%
1,09%
1,13%
1,17%
1,21%
1,26%
1,26%
Japan

3,12%
3,17%
3,20%
3,17%
3,32%
3,40%
3,44%
3,45%
3,36%
n.a.
Luxembourg

n.a.
n.a.
1,65%
1,63%
1,56%
1,66%
1,58%
1,57%
1,66%
1,63%
Netherlands

1,93%
1,88%
1,92%
1,93%
1,90%
1,88%
1,81%
1,77%
1,82%
1,83%
Poland

0,35%
0,33%
0,32%
0,31%
0,33%
0,42%
0,47%
0,58%
0,60%
0,57%
Portugal

0,77%
0,73%
0,71%
0,74%
0,78%
0,99%
1,17%
1,50%
1,64%
1,59%
Spain

0,92%
0,99%
1,05%
1,06%
1,12%
1,20%
1,27%
1,35%
1,39%
1,39%
Sweden

4,13%
n.a.
3,80%
3,58%
3,56%
3,68%
3,40%
3,70%
3,61%
3,43%
United Kingdom

1,79%
1,79%
1,75%
1,68%
1,73%
1,75%
1,78%
1,79%
1,86%
1,76%
United States

2,72%
2,62%
2,61%
2,55%
2,59%
2,64%
2,70%
2,84%
2,90%
n.a.
European Union (27 countries)
2,41%
2,43%
2,43%
2,41%
2,42%
2,46%
2,46%
2,57%
2,68%
2,68%
Euro Area (15 countries)
1,69%
1,70%
1,68%
1,66%
1,66%
1,68%
1,68%
1,74%
1,81%
1,80%
OECD Total

2,23%
2,20%
2,20%
2,17%
2,21%
2,24%
2,28%
2,35%
2,40%
n.a.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat y la OCDE.


 
  Según se aprecia, el anterior gráfico nos muestra la evolución del Gasto Total (tanto público como privado) en I+D, en porcentaje sobre el PIB. El gráfico, paralelo al resto de gráficos tanto de éste como de otros análisis, es autoexplicativo porque España está en uno de los extremos. El inferior, naturalmente.

  En concreto, el gasto en I+D en España apenas sobrepasa el 1’3% del PIB. Muy lejos de cualquiera de las medias de referencia, ya sean las de la UE-27, la zona Euro o la OCDE. Y a años luz de cualquiera de los países escandinavos. Por una lógica deductiva, parece lógico pensar que nosotros mismos estamos cortando nuestro crecimiento, porque España está dejando de lado la inversión en progreso tecnológico, tal como se ha dicho, elemento clave tanto de la productividad del trabajo como de la consecución del crecimiento económico.

  En este punto, puesto que hemos hablado de Gasto Total en I+D, parece interesante pensar de dónde proviene el desequilibrio fundamentalmente, si bien está fallando la mano privada o bien el sector público.


 
R&D expenditure of the Government (% of the GDP)
geo\time
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
EU (27 countries)
0,26
0,25
0,25
0,24
0,24
0,24
0,25
0,24
0,24
0,24
0,27
0,27
Euro area (17 countries)
:
0,27
0,27
0,27
0,26
0,27
0,27
0,27
0,26
0,27
0,29
0,3
Belgium
0,12
0,12
0,13
0,14
0,13
0,14
0,15
0,15
0,15
0,18
0,18
0,19
Denmark
0,32
0,28
0,28
0,18
0,18
0,17
0,16
0,16
0,08
0,07
0,06
0,06
Germany
0,33
0,34
0,34
0,34
0,34
0,34
0,35
0,35
0,35
0,38
0,42
0,41
Greece
0,13
:
0,13
:
0,12
0,11
0,12
0,12
0,13
:
:
:
Spain
0,15
0,14
0,15
0,15
0,16
0,17
0,19
0,2
0,22
0,25
0,28
0,28
France
0,39
0,37
0,36
0,37
0,36
0,37
0,37
0,35
0,34
0,34
0,37
0,37
Italy
0,2
0,2
0,2
0,2
0,19
0,19
0,19
0,19
0,17
0,15
0,17
0,18
Luxembourg
:
0,12
0,14
0,16
0,17
0,18
0,19
0,2
0,21
0,25
0,27
0,29
Netherlands
0,28
0,23
0,25
0,24
0,26
0,26
0,24
0,23
0,22
0,21
0,23
0,22
Poland
0,21
0,21
0,19
0,25
0,22
0,22
0,21
0,21
0,2
0,21
0,23
0,26
Portugal
0,19
0,17
0,16
0,14
0,12
0,12
0,11
0,11
0,11
0,11
0,12
0,11
Finland
0,36
0,35
0,34
0,35
0,33
0,33
0,33
0,32
0,29
0,3
0,36
0,36
Sweden
0,12
:
0,12
:
0,13
0,11
0,18
0,17
0,17
0,16
0,16
0,17
United Kingdom
0,22
0,23
0,18
0,16
0,18
0,18
0,18
0,17
0,16
0,16
0,17
0,17
United States
0,29
0,28
0,3
0,32
0,32
0,31
0,31
0,3
0,29
0,3
:
:
Japan
0,3
0,3
0,3
0,3
0,3
0,3
0,28
0,28
0,27
0,29
:
:


Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat y la OCDE.

 
  Desde el lado del Sector Público, se aprecia una clara tendencia al alza: partiendo de unos valores irrisorios a principios de la década, se aprecia un inicio de tendencia positiva ya desde el año 2003 que sitúa a nuestro país por encima de la media UE-27 y cerca de la zona Euro, lo que revela un esfuerzo considerable por parte del sector público, ya que, a finales del siglo pasado apenas sí alcanzaba el 0’15% del PIB, para pasar a duplicar dicho esfuerzo en apenas 12 años (0’30%) y ubicarlo por encima de la media UE-27 y algo por debajo de la media de la zona euro. Esfuerzo que, todo hay que decirlo, será interesante y apasionante ver cómo queda después de que, tras los recortes defendidos por el actual Gobierno, la partida en I+D haya sido la primera en ser sacrificada.

 
R&D of enterprises (% GDP)
geo\time
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
EU (27 countries)
1,19
1,21
1,21
1,2
1,19
1,16
1,15
1,17
1,18
1,21
1,24
1,23
Euro area (17 countries)
:
1,18
1,19
1,18
1,18
1,17
1,16
1,19
1,2
1,24
1,27
1,27
Belgium
1,38
1,42
1,51
1,36
1,31
1,28
1,24
1,29
1,32
1,34
1,34
1,32
Denmark
1,41
1,5
1,64
1,73
1,78
1,69
1,68
1,66
1,8
1,99
2,08
2,08
Germany
1,68
1,74
1,73
1,73
1,77
1,75
1,74
1,78
1,77
1,86
1,91
1,9
Greece
0,17
0,15
0,19
0,18
0,18
0,17
0,19
0,18
0,17
:
:
:
Spain
0,45
0,49
0,48
0,54
0,57
0,58
0,6
0,67
0,71
0,74
0,72
0,71
France
1,36
1,34
1,39
1,42
1,36
1,36
1,31
1,33
1,31
1,33
1,39
1,38
Italy
0,5
0,52
0,53
0,54
0,52
0,52
0,55
0,55
0,61
0,65
0,67
0,67
Luxembourg
:
1,53
:
:
1,47
1,43
1,35
1,43
1,32
1,22
1,26
1,16
Netherlands
1,1
1,07
1,05
0,98
1,01
1,03
1,01
1,01
0,96
0,89
0,86
0,87
Poland
0,29
0,23
0,22
0,11
0,15
0,16
0,18
0,18
0,17
0,19
0,19
0,2
Portugal
0,16
0,2
0,25
0,24
0,24
0,27
0,3
0,46
0,6
0,75
0,78
0,72
Finland
2,16
2,37
2,36
2,35
2,42
2,42
2,46
2,48
2,51
2,75
2,8
2,69
Sweden
2,66
:
3,2
:
2,83
2,63
2,59
2,75
2,47
2,74
2,54
2,35
United Kingdom
1,22
1,18
1,17
1,16
1,11
1,05
1,06
1,08
1,11
1,11
1,12
1,08
United States
1,95
2,01
1,96
1,82
1,8
1,76
1,79
1,85
1,92
2,02
:
:
Japan
2,14
2,16
2,3
2,36
2,4
2,38
2,54
2,63
2,68
2,7
:
:


Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat y la OCDE.

 
  Por contra, no parece que el sector privado pueda decir lo mismo. Bien al contrario, el gasto en I+D por parte de la iniciativa privada es, en comparación con los países importantes de la UE, tan tibio como insignificante, al apenas representar un 0’7%, medida en términos del PIB. Realmente pobre comparado con cualquiera de las medias. Y casi que nos abstenemos de comparar el gasto en I+D realizado por las empresas que operan en España con el gasto llevado a cabo por sus homónimas en Alemania o en los países escandinavos.

  Ello puede deberse, en buena medida, a la escasa capacidad emprendedora existente en nuestro país, que, si bien a la hora de formar empresas se traduce en que en España, el emprendedor se lo piensa muchas veces antes de constituir la sociedad (si al final así es), al resto de empresas se traduce en que la incertidumbre a la hora de obtener unos resultados derivados de I+D+i (que efectivamente son inciertos) revierte, en definitiva, a no apostar por el futuro; es decir, no invertir en progreso tecnológico.

  Si tenemos en cuenta la terna de gráficos (gasto en I+D total; gasto en I+D de las empresas; gasto en I+D del sector público) se puede extraer fácilmente, que en el “reparto de culpas” sobre el escaso gasto en I+D, la aguja de la ruleta se detiene brusca e invariablemente señalando el asiento de las empresas.

  La consecuencia de todo esto, es el número de patentes que, en su evolución anual, registran los distintos países por millón habitantes:


Number of patents (per country, year and Mio of unhabitants)
geo\time
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
EU (27 countries)
107,07
106,14
105,8
108,14
112,47
114,8
115,76
114,81
115,52
115,8
Euro area (16 countries)
134,53
134,79
134,05
136,81
142,97
145,74
146,33
144,29
144,69
144,49
Belgium
128,41
117,84
128,52
130,65
145,29
141,15
139,43
143,86
143,14
143,61
Denmark
183,43
173,28
178,39
203,3
202,32
213,08
199,63
227,91
235,81
242,64
Germany
269
266,32
264,09
267,71
278,64
288,48
287,99
289,1
292,69
294,53
Greece
5,17
6,57
6,89
7,71
5,96
9,99
9,45
9,33
10,43
10,57
Spain
20,06
21,73
22,93
23,01
28,54
31,32
30,53
30,76
31,39
31,55
France
120,67
119,66
120,91
128,06
133,23
132,77
132,26
133,56
133,85
134,3
Italy
70,38
70,08
74,18
76,59
79,03
83,41
84,79
81,62
82,36
81,96
Luxembourg
186,12
166,24
137,01
195,56
252,2
213,49
229,96
148,51
169,31
154,79
Netherlands
218,23
244,68
219,86
214,86
223,81
212,3
223,78
197,05
188,04
179,5
Poland
1,12
1,52
2,21
2,92
3,26
3,24
3,68
5,26
5,93
6,82
Portugal
4,12
4,04
3,99
6,31
5,58
11,39
10,14
11,59
13,59
14,34
Finland
276,99
271,02
245,82
246,37
262,32
250,37
251,77
233,9
224,38
215,67
Sweden
259,45
241,62
230,92
227,97
244,5
263,65
284,28
298,79
315,7
332,03
United Kingdom
103,38
96,12
94,78
94,5
92,73
91,89
91,92
87,34
85,51
83,42
Russia
1,55
1,65
1,27
1,54
1,63
2,09
1,88
1,78
1,82
1,73
United States
112,97
109,88
113,22
114,2
118,1
120,57
109,35
99,65
93,72
:
Japan
173,57
159,71
162,82
170,42
178,39
168,55
165,79
161,13
155,47
:
South Korea
27,03
34,55
49,17
69,57
92,41
105,84
105,13
92,21
92,12
:


  Así, las 31 patentes por millón de habitantes registradas en España en el año 2009, son una cifra simplemente ridícula si la comparamos con los 3 dígitos alcanzados por países como Bélgica o Francia. No digamos si, como siempre, la comparativa se establece con Alemania o los países escandinavos, con 294 en el caso alemán y hasta 332 por parte de Suecia.

  Esto, tal y como ya hemos hablado, es especialmente grave si tenemos en cuenta que, para las economías desarrolladas, dada la similitud en factor trabajo y factor capital, es el progreso tecnológico el que se alza como pieza clave de la productividad, y con ella del crecimiento y, en definitiva, como responsable último en la obtención de ventajas comparativas y competitivas que permiten a un país competir con sus productos en el mercado internacional.

  Y es que, como dice el refrán, donde no hay mata no hay patata. Y la tendencia es clara: las empresas no parecen contar (ni querer contar) con muchas matas, y el actual Gobierno ya ha dicho que las que hay las va a quitar. Por ello, a Rajoy y a su equipo de Gobierno no hay más que felicitarles de corazón: gracias a su “ingenio” y el de su equipo de gobierno, suprimen el de los demás.

  Claro, para qué vamos a pensar.




La productividad multifactor:

  Ya que hasta ahora hemos hablado de la productividad de los factores individualmente considerada (productividad del factor trabajo y productividad del factor capital), parece razonable que tengamos en cuenta el efecto que ambas tienen conjuntamente.
Pese a que la productividad multifactor no incluye el avance (o retroceso) en el progreso tecnológico de manera directa (aunque sí indirecta, pues para hallarla se tienen en cuenta, por país, las evoluciones tanto en el factor capital como en el del trabajo, que obvia y evidentemente muestran de alguna manera el nivel
de progreso tecnológico de cada país), resulta evidente que aquella viene dada, fundamentalmente, por la productividad del factor trabajo.


Multifactor productivity
Country/Year
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
Belgium
2,90%
-2,50%
0,80%
0,70%
3,10%
n.a.
n.a.
n.a.
n.a.
n.a.
n.a.
Denmark
1,30%
-1,20%
-0,20%
0,50%
1,50%
0,40%
0,50%
-0,60%
n.a.
n.a.
n.a.
Finland
3,70%
1,40%
1,00%
1,80%
3,10%
1,60%
2,70%
3,00%
-0,80%
-5,30%
3,40%
France
2,50%
0,10%
1,80%
0,30%
0,30%
1,00%
2,20%
0,10%
-2,00%
-1,20%
n.a.
1,90%
1,40%
0,40%
0,00%
0,40%
0,50%
2,90%
1,30%
-0,60%
-3,50%
1,60%
Italy
1,80%
0,10%
-1,30%
-1,70%
0,50%
-0,20%
0,00%
-0,20%
-1,50%
-3,10%
n.a.
Japan
1,90%
0,40%
1,20%
1,20%
2,60%
1,70%
1,10%
1,90%
-0,50%
n.a.
n.a.
Netherlands
1,20%
0,10%
-0,10%
0,50%
2,50%
1,50%
1,50%
1,30%
n.a.
n.a.
n.a.
Portugal
3,20%
-0,70%
-0,40%
0,10%
0,10%
1,10%
n.a.
n.a.
n.a.
n.a.
n.a.
Spain
-0,30%
-0,60%
-0,40%
0,00%
-0,20%
-0,10%
0,10%
0,40%
-0,60%
1,00%
1,50%
Sweden
2,10%
-0,30%
2,80%
2,90%
2,90%
2,10%
2,30%
-0,10%
-2,40%
-3,30%
n.a.
United Kingdom
2,40%
0,50%
1,60%
1,70%
1,30%
0,60%
1,50%
1,00%
n.a.
n.a.
n.a.
United States
1,70%
1,10%
2,10%
2,30%
1,80%
1,10%
0,40%
0,60%
-0,10%
0,50%
2,60%


Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat y la OCDE.

  Como se puede apreciar, la productividad multifactor está proporcionalmente más influenciada por la productividad del factor trabajo, de ahí que ambas sigan tendencias similares.

  Todavía más, porque incluso, podemos apreciar que la productividad multifactor en España toma valores negativos en 6 de los 10 años considerados (aunque el dato pueda sorprender, no olvidemos que es una tasa; la productividad nunca puede ser negativa, pero sí su variación), lo que se debe al hecho de que, si descontamos el efecto positivo del factor trabajo, cabría considerar el progreso tecnológico en España como nulo en el mejor de los casos (desde 1995, aunque el gráfico sólo aporta datos desde el año 2000). Y cuando los toma positivos y recibe, aparentemente, el mayor impulso (es decir, a partir de la crisis), tal como veíamos para la productividad del factor trabajo, dicho incremento en la productividad se debe al menor número de trabajadores (mayor tasa de desempleo) que como consecuencia de la oleada de despidos deben hacer frente a una mayor cantidad de trabajo (el suyo y el de los que ya no están).


Multifactor productivity (Total evo for the last “X” years)

Last 25 years

Last 20 years
Last 10 years
Country
Total
Average
Country
Total
Average
Country
Total
Average
93,9
3,756
67,5
3,375
28,2
2,82
Ireland
70,3
2,812
Ireland
56,9
2,845
Ireland
17,4
1,74
Finland
48,1
1,924
Finland
35
1,75
Finland
15,6
1,56
Japan
38,9
1,556
United States
24,1
1,205
United States
14,1
1,41
United Kingdom
28,1
1,124
United Kingdom
23
1,15
Austria
11,7
1,17
United States
27,7
1,108
Japan
21,3
1,065
Japan
11,5
1,15
France
25,8
1,032
Australia
19,6
0,98
United Kingdom
10,6
1,06
Belgium
25,1
1,004
Sweden
18,1
0,905
Sweden
9
0,9
Netherlands
21,9
0,876
Belgium
17,5
0,875
Netherlands
8,5
0,85
Australia
21,1
0,844
Austria
17,2
0,86
6,3
0,63
Sweden
20,6
0,824
Netherlands
16,7
0,835
Switzerland
5,9
0,59
Denmark
17,9
0,716
France
16,1
0,805
France
5,1
0,51
Austria
17,2
0,688
Portugal
14,4
0,72
Belgium
5
0,5
New Zealand
15,1
0,604
14,3
0,715
New Zealand
4,8
0,48
Spain
14,4
0,576
Denmark
13,7
0,685
Australia
4,3
0,43
Portugal
14,4
0,576
New Zealand
12,9
0,645
Canada
3,5
0,35
14,3
0,572
Canada
10
0,5
Portugal
3,4
0,34
Canada
9,6
0,384
Spain
7,1
0,355
Denmark
2,2
0,22
Italy
8,5
0,34
Italy
0,4
0,02
Spain
0,8
0,08
Switzerland
-0,4
-0,016
Switzerland
-0,4
-0,02
Italy
-5,6
-0,56


  El anterior gráfico muestra tanto la productividad total multifactor como la productividad media multifactor de los distintos países a lo largo del período considerado. Pese a que los datos obtenidos de la OCDE no son del todo representativos puesto que hay países para los que no se disponen de todos los datos (como Portugal, Suiza, Alemania o Austria), sí dan una idea clara: la productividad multifactor en España está en la cola de la lista. Se mire por donde se mire.


  Y la gran pregunta retórica es si, sabiendo que la productividad del factor trabajo, depende no sólo del número de trabajadores y de su rendimiento explícito por un lado, sino también del factor capital y el progreso tecnológico (en especial este último) así como diversas connotaciones abstractas relativas al puesto y a la cultura empresarial por otro lado; decimos, la gran pregunta retórica es si dicha productividad multifactor (o la propia productividad del factor trabajo) depende y se explica más por el primer lado o por el segundo lado.





CONCLUSIONES:

  De todo el análisis hasta aquí considerado se desprenden las siguientes conclusiones:

1)   Tal como hemos visto, estamos ante la generación más formada y mejor preparada de España. En ella, se han invertido muchos miles de millones de euros; y sobre el papel, además, en un argumento que se desprende de la anterior objetividad, estamos probablemente, ante la generación más productiva de siempre, y en cualquier caso, ante la más capaz y de mayor valor añadido. Las empresas que operan en suelo hispano, con su terca actitud, lo están echando a perder, y más concretamente, están cometiendo una irresponsabilidad histórica.

La verdadera oda a la mediocridad aparece cuando incluso, desde ciertos sectores, se congratulan de todo esto y se felicitan los unos a los otros diciendo que gracias a esta inmigración, de alguna forma se logra contener la escalada en la tasa de desempleo.
Aunque no es del todo exacto pero por establecer ciertos paralelismos y similitudes, está sucediendo lo mismo que en los ’50, ’60 y principios de los ‘70, donde la economía española crecía, además de por las inversiones directas extranjeras que se aprovechaban de unos salarios escandalosamente bajos (realmente, ¿de verdad creen que la forma de competir con el resto de Europa es a partir de unos salarios ínfimos y manteniéndolos in eternum?), por el efecto de una emigración que aportaba remesas además de aliviar la tasa de desempleo.
Así, en última instancia, los jóvenes universitarios recientemente licenciados que se ven obligados a emigrar, se han formado con un titánico esfuerzo inversor español llevado a cabo en gran medida por el Estado español, por España, por usted lector; mientras que estos mismos jóvenes, al emigrar, pagan sus impuestos y contribuciones en países que, las más de las veces, no han invertido en ellos ni un solo euro.

Especialmente doloroso es el empeño de querer competir con el resto del mundo a través de menores salarios (cuyas razones aducidas, como vemos, poco tienen que ver tanto con la productividad como con los márgenes/política de precios de las empresas): China, India, Rusia y Brasil ya existen, y tras ellos vendrán otros, porque es el fenómeno del desarrollo, que al principio se tienen que aprovechar los menores costes salariales pero para competir de verdad una vez que este período ha sido superado, no queda otra que competir con mayor progreso tecnológico. Pagar menores salarios es, objetivamente, volver 20-30-40 años atrás, con los agravantes que esto supone:

a)   Desmoralización del trabajador, porque ve que por lo mismo (esfuerzo) e incluso más, recibe menos (salario). Su rendimiento debería resentirse. Otra cosa es que, los trabajadores españoles, son unos verdaderos profesionales y esto no suele llegar.
b)   Las propias empresas ganan automáticamente, a través de una bajada salarial, lo que tendrían que estar ganando a través de la cultura del esfuerzo que, irónicamente, ellas mismas predican para que los ciudadanos-trabajadores-consumidores acepten las bajadas salariales. Esta competitividad, así ganada, es del todo ficticia, pues ni ha mejorado el proceso productivo, ni se han producido avances en el mismo, ni tampoco el trabajador cuenta con mejores medios. Simplemente, se ha bajado la remuneración de uno de los factores, el factor humano, poniéndole a la misma altura que (sujetémonos que hay curva) el de las máquinas. Llevado este argumento al extremo y precisamente porque las empresas han ganado competitividad de una forma sucia (sin entrecomillado) y en cualquier caso, ficticia, éstas no tienen interés alguno en que el trabajador aporte y contribuya al puesto (tal como explicado en la entrada de los Contratos Temporales), precisamente porque el puesto no está bien remunerado: no las interesa, bajo estas condiciones, que el trabajador se desarrolle y aporte a la empresa funciones y tareas de mayor valor añadido, en definitiva, no están interesadas en otorgar mayores responsabilidades.
c)   Está demostrado y es demostrable (ver gráficos de la anterior entrada de este mismo blog) que, los países que están capeando mejor la crisis y saliendo de ella (Alemania y EEUU como ejemplo de vanguardia) son precisamente aquellos cuyos ciudadanos-trabajadores-consumidores han ganado poder adquisitivo y por lo tanto, los salarios han crecido por encima del nivel de precios. Como ya se demostró, reducir salarios no tiene ningún sentido lógico, social y mucho menos económico, y lo que tienen que hacer las empresas es ajustar, sí, pero sus precios.


2)   Desde el lado de la productividad, como vemos, la mejorable productividad del factor trabajo en España, pasa por las siguientes premisas, ajenas en su mayoría al trabajador, y además, no negociables:
a)   Mayor inversión por parte de las empresas: es decir, la I de la famosa ecuación de la demanda que, a su vez, es importante para las mejoras en la productividad del factor trabajo. Pese a que la caída de aquella es consecuencia de la crisis, recuperarla es fundamental. Y el estímulo en la misma, pasa por facilitar la constitución de nuevas empresas, y para aquellas que ya existen, facilitar la recuperación de la inversión de éstas (por ejemplo, promoviendo sectores estratégicos con exenciones fiscales y/o ayudas varias).
b)   Cambiar la cultura empresarial de dirección de recursos humanos, que en España reviste estructuras prácticamente decimonónicas. Está demostrado que la mayor productividad aparece en la medida en que los trabajadores se encuentran en un ambiente positivo, distendido, también con mayores responsabilidades y, en líneas generales, en un ambiente en el que no exista miedo. Miedo a que se reduzca el salario, a trabajar más por menos, o, en última instancia, a ser despedido. En todo esto, la comparativa es realmente odiosa y deprimente, pero es necesaria para saber lo que tenemos: los trabajadores españoles, en comparación con sus homólogos franceses, alemanes, británicos o escandinavos, trabajan más horas, en peores condiciones, jubilándose más tarde y con menor salario que cualquiera de los primeros. Deplorable. Que encima aleguen la bajada de salarios como medio para incrementar la productividad es un insulto sin ningún respaldo (como siempre) lógico, social y menos aún, económico.
c)   Precisamente la “escasa” productividad de los trabajadores en España, a la que siempre se ha aludido/señalado como causa de los bajos salarios en España, es un mito. Un mito, evidentemente, que no se corresponde con la realidad, porque la productividad del trabajo en España está en línea con las medias comunitarias desde hace más de una década. Una vez más, sumando conceptos, en concreto los conceptos de “productividad”, “salarios” y “precios”, hacen que las empresas españolas no tengan ningún fundamento para retribuir tan deficientemente a su mayor activo, que, aunque no parece que lo reconozcan y en todo caso lejos de tópicos, son sus trabajadores.
d)   Tal como hemos visto, en la medida en que una economía se desarrolla, la única forma de lograr competitividad (obviamente si se pretende competir con los países punteros) es a través del progreso tecnológico, dado que factor trabajo y capital se vuelven más similares y por lo tanto, menos determinantes. Y en esto, el esfuerzo español queda a años luz del esfuerzo realizado por el resto de países de la Unión, debido, fundamentalmente, a la prácticamente nula contribución de las empresas que operan en suelo patrio. A éstas, además, se une el actual Gobierno, que con su política de recortes lo primero que ha sido recortado es el gasto en I+D (el actual análisis llega hasta el año 2010, año en que aún estábamos [y acabábamos de alcanzar] las medias comunitarias; con lo que será muy interesante hacer este mismo análisis en un par de años; será realmente apasionante).


  Los datos del presente análisis, analizados en su conjunto y sumados a los de análisis expuestos en entradas pasadas, una vez más, dejan en cueros a las empresas españolas/que operan en España, a las que, además de miopes y oportunistas (en lo que concierne a su forma de gestión), podemos calificar de antipatriotas y desleales (también, tanto en su forma de gestión como en las interrelaciones de éstas con la sociedad en la que operan).

Tampoco el Gobierno, tal como ya hemos señalado, primando el control del déficit por encima de la recuperación económica (a través de políticas de ajuste), sale muy bien parado. Y además, lo mínimo que se le podría pedir es dar la cara, porque para recortar los 10000 millones que hoy ha decidido sacrificar (y que podrían haberse evitado simplemente con haber prestado atención a la pequeña introducción de este humilde análisis) lo ha hecho a través de una nota de prensa, en vez de convocar una rueda de prensa o aprovechar una conferencia. Preferentemente en España, que es el país que, lamentablemente, está dirigiendo. Pero debe ser mucho pedir, porque en estos 100 (largos) días, cualquier medida de calado se ha dado allende los Pirineos. Patético. Penoso.



POSIBLES SOLUCIONES:

El capítulo de soluciones del presente análisis no tiene mucho misterio, y, en grosso, una vez más, consiste en tomar la dirección diametralmente opuesta del camino que se sigue:

Y es que, desde el lado de la productividad, como hemos visto, la productividad del factor trabajo depende de su propia productividad, de la productividad del capital del progreso tecnológico.
Contrariamente a lo que desde muchos sectores se pregona a los cuatro vientos y al ciudadano-consumidor-trabajador español le hacen creer (y cree), la productividad en España está en línea con las medias europeas. Y si ésta no es superior, se debe a:
a)   Mejorable Inversión (factor capital) en términos reales por parte de las empresas, que aunque está por encima de la media UE-27, se halla relativamente lejos de la media de la zona euro, su evolución a largo plazo se muestra estable (parte de valores muy bajos en términos reales => gran crecimiento en período inmediatamente anterior a la crisis => brusca caída durante la crisis). Por tanto, recuperar dicha Inversión, y desde el Estado, intentar incentivarla.
b)  Irrisoria inversión en I+D (progreso tecnológico) por parte de las empresas que operan en España, que en comparación con sus homólogas del resto de países europeos, representa menos de la mitad de las medias comunitarias de referencia y apenas una cuarta parte respecto de los países punteros. Huelgan comentarios extraordinarios.
c)  Cultura empresarial errónea, cultura del miedo y de la incentivación negativa; una cultura que, a grandes rasgos, es una antigualla, y que es imprescindible cambiar.
d)  Escaso o nulo aprovechamiento del capital humano disponible, en una consecuencia desgajada de la anterior.

Pero lo más triste, es que desde puestos clave de nuestra Economía (Director Estudios Banco de España, Malo Molina; Presidente Gobierno, Mariano Rajoy; Ministro Economía, Luis de Guindos; Presidente CEOE, Juan Rosell; Gobernador Banco de España, Miguel Ángel Fdez Ordóñez), pero también desde Europa e incluso el exterior a esto (EEUU, agencias crediticias y grupos bancarios de turno (Merryl Lynch, Citigroup, Fitch, Standard & Poor’s, Goldman Sachs, etc), se alientan las políticas de contención salarial y de ajustes como camino último para salir de la crisis. Algo que, lamentablemente, es una falacia. Una mentira. Mienten. Están mintiendo. Mienten y además lo hacen de manera descarada, porque pese a que en este blog siempre preferimos cerrar los ojos, ponernos una venda y pensar que son antes tontos que tramposos, resulta francamente difícil siquiera llegar a imaginar que no conocen ninguno de los datos y las estadísticas publicados por Eurostat, la OCDE, el INE, la OIT u otros organismos internacionales a priori reputados y en cualquier caso comúnmente aceptados (que no son sino las fuentes de cualquiera de los datos que hay en este análisis).

  Cambiar todo esto sería posible, en realidad, de forma inmediata, pues bastaría (volviendo a los miembros que ocupan los 5 puestos importantes en materia económica en nuestro país, de los que hablábamos al inicio del párrafo anterior) que todos ellos, en una acción conjunta, se sincerasen con ellos mismos y con el resto del país, e incitaran a las empresas a hacer aquello que realmente conviene a la Economía española. Y por ello, cambiando el discurso, en vez de exigir recortes y reducciones salariales, lanzar un mensaje al sector empresarial claro y contundente, mencionando que en sus manos está cambiar el signo de este país, y que mantengan una actitud de compromiso patriótico frente a España, adaptándose a una situación que en buena medida ha sido creada por ellas mismas: adaptando los precios a su nivel real de demanda y a través de una adecuada retribución de los trabajadores, que es mucho más que un simple factor productivo.
Como creyente y antiguo asistente a misa, recuerdo una de las frases de la liturgia de la eucaristía que el sacerdote pronuncia: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”, el efecto en las empresas debiera ser paralelo, a juzgar por el énfasis que ponen en la reducción salarial y limitación de condiciones laborales. Paralelamente, una palabra cualquiera de los señores anteriormente mencionados, bastaría para resolver muchos problemas, no digamos si se coordinasen los 4 y dijeran lo mismo al mismo tiempo; si por una vez no se dejaran influenciar, si por una vez se olvidasen de la deuda y de los mercados (dominados por intereses anglosajones y que son los primeros sorprendidos en ver el calado que en nuestra sociedad tienen sus majaderías), si por una vez, realmente analizaran de verdad el problema.

  Es una verdadera pena, porque está en sus manos cambiar todo esto, y realmente pueden hacerlo.

  Merece además, mención especial el hecho de que desde ciertos sectores se afirme que “los españoles hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” y que “los españoles tenemos que sufrir para salir de la crisis”. La última perla verbal, literal, pertenece a Klaus Regling, jefe del Fondo de Rescate Europeo. No es más que un ejemplo (declaraciones a “El País”, 7-II-2012) porque hay muchas otros semejantes.
Ejemplo sin fundamento alguno, pues por todo lo expuesto tanto en este análisis como en la anterior entrada del blog (“Por qué los españoles tampoco saldremos de la crisis con este gobierno (ni con estas empresas)”), los que afirman que “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” y que por eso “tienen que venir ahora los recortes”, se equivocan completamente de plano y de país a la hora de realizar su análisis, porque si alguien en este país ha vivido por encima de sus posibilidades durante mucho tiempo, son precisamente las empresas y la banca: el sector privado.

  ¿Por qué? Pues es que, aun cuando los ciudadanos-trabajadores-consumidores hubiéramos vivido por encima de nuestras posibilidades, la culpa sigue permaneciendo de manera única y exclusiva en los bancos: existen unos departamentos, tan inherentes al banco (y a las compañías de seguros) como las huellas dactilares lo son al ser humano, que se llaman Departamentos de Riesgo. Huelga decir que su función es, precisamente, evaluar la capacidad crediticia de aquellos individuos que solicitan un préstamo, de manera individualizada, y que entran en juego a partir de un cierto nivel para los préstamos personales, y de manera sistemática si éste es hipotecario.
Al ciudadano-trabajador-consumidor, prestatario sobre todo en este caso, suponiendo un nivel neutro de aversión al riesgo, le interesa endeudarse un poco más de lo que debiera, sobre todo en épocas de bonanza, tanto para aumentar un poco más su bienestar presente como para poder acelerar su bienestar futuro (si la razón de su préstamo es más de tipo productivo). “Pedir más” o “quejarse”, no deja de ser una actitud que denota ambición e inconformismo. Pero es tarea del banco y de sus departamentos de riesgo descifrar la solvencia de su cliente, y más concretamente sus necesidades de financiación. Esto es tarea suya, por ello, si han hecho mal su trabajo es, en última instancia su problema. Y por supuesto, la actitud de radicalizar tanto la apertura como la clausura del grifo, sin ningún término medio de moderación alguna, es una gestión desequilibrada y de chapuza (en términos generales) en sentido amplio. Ni antes se tendría que haber facilitado el crédito como quien distribuye panfletos en la Plaza Mayor de cualquier ciudad, ni tampoco ahora constreñirlo, hasta límites insospechados.

  Hasta límites que, habiendo hecho un trabajo nefasto (y habiendo percibido amplios beneficios por ello [de los que incluso la banca española se jactaba y estaba a la cabeza de los récords de beneficios empresariales en los períodos inmediatamente anteriores a la crisis]), se están beneficiando hoy por hoy, gracias a la reciente política monetaria expansiva del BCE, de un billón de € a tres años, a tipo de interés del 1%, mientras que estos mismos bancos se dan el banquete (como siempre, y valga el juego de palabras) ofertando a sus clientes, ese mismo dinero, a unos tipos de interés de entre el 4 y el 7%. Como siempre, los dirigentes bancarios, las organizaciones empresariales, el Gobierno y la UE (entre otros), se congratularán los unos a los otros, se darán la mano, dirán que “así permitimos fluir el crédito” y brindarán por las ideas liberales y capitalistas, atestiguando que son éstas un sumidero de benevolencia. Pese a todo, sí es cierto que esto contribuye a facilitar la recuperación económica. Pero a un coste que no existiría si la oferta se adaptara a la demanda, siguiendo esas mismas teorías liberales/capitalistas.

  Por lo tanto, son los bancos unos de los grandes culpables: no hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, los ciudadanos buscarán endeudarse un poco más de lo que debieran, sobre todo en épocas de bonanza, ya que de esta forma, a través de un mayor endeudamiento por parte de las familias, se incrementa su bienestar (sociedad de consumo), y como la economía va bien y también su situación personal, las probabilidades de poder hacer frente al vencimiento de deuda son mayores; ésta es la razón de que los ciudadanos, en épocas de bonanza, estén más interesados en tener un poco más de endeudamiento del que normalmente debieran. Pero obviamente, la capacidad de concesión crediticia reside en los bancos, que evidentemente y a fin de cuentas son los que tienen el dinero. Para negar los créditos, están los departamentos de riesgo, que si hubieran hecho bien su trabajo, la crisis no hubiera sobrevenido. Al final, la paradoja es que antes, con tipos de interés bajo daban el crédito a todo el mundo mientras que ahora, tanto por tipo de interés como por condiciones, tienen cerrado el grifo. En definitiva, su gestión, es (al menos ha sido) de un desequilibrio total, y de una chapuza en sentido amplio.





EN SUMA:

   Todo lo hasta aquí expuesto, sumado al análisis realizado en la entrada anterior de este mismo blog, no es sino la razón por la que intentar resolver primeramente el problema de la deuda antes que el problema del desempleo es un despropósito de dimensiones catedralicias. Y que en última instancia, supone una violación completa del Capítulo Tercero de nuestra Carta Magna, en concreto artículos como el 40 (“Los poderes públicos (…) de manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo”) o el 42 (“El Estado velará (…) por (…) los derechos (…) de los trabajadores españoles en el extranjero y orientará su política hacia su retorno”). En definitiva: un insulto tanto a la Constitución como a los españoles que se ven forzados a dejar el país que aman “gracias” a las políticas de feria de muchos abrazafarolas. Ídem, evidentemente, en lo que concierne a los ciudadanos-trabajadores-españoles, que trabajan y viven en España.

 
  Desde aquí, no tenemos los medios para hacer un apropiado análisis con modelos econométricos que pudieran permitir predecir, o al menos apuntar hacia alguna dirección la inminente trayectoria económica, pero tampoco hacen mucha falta: Vistas las medidas y la voluntad empresarial, el año 2012 está perdido (esto ya lo dicen todas las previsiones de cualquier organismo). El próximo, también. No es descabellado pensar que de recesión tendremos este año y seguramente todavía el siguiente; de estancamiento, todavía habrá que sumar al menos otros 2 más, y para recuperar los niveles previos habrá que esperar al menos una década. Espero, incluso, que en unos años, una vez hayamos salido de la crisis, los peperos más optimistas no vean esto como un logro, puesto que evitando sus absurdas y ridículas políticas de recortes y sobre todo de bailar al son de la gran empresa-mercados-agentes externos, podríamos salir (si hablamos desde el futuro, podríamos haber salido) mucho antes.
Con lo que para ver una mínima recuperación. Probablemente aún haya que esperar cerca de un lustro. Y de recuperar los niveles previos a la crisis, casi que ni hablamos. Si quisieran, España podría ir realmente bien. Pero como decía Aznar, España “va bien”. De cojones.


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