domingo, 25 de julio de 2010

VIVA FRANCIA


  Hola Padre. Hoy te vuelvo a escribir. Después de tanto tiempo, ya ves tú. Últimamente casi no me acuerdo de ti. Bueno, sí me acuerdo pero no te rezo, que viene a ser lo mismo. Pero hoy que me acuerdo, pues quiero darte las gracias. Dicen que es de bien nacido el ser agradecido.

  Te doy las gracias por el país que nos has dado, por Francia. Está Notre-Dame. O el Mont Saint-Michel. Qué decir de los castillos del Loira. De la eterna Ciudad Rosa. De la ciudad que da nombre a caldos, ropas y vinos; sublime. De la cantidad y cantidad de pueblos perdidos, con sus castillos, con sus iglesias, con sus casas fuertes; rincones históricos, mudos testigos de un pasado digno. O del idioma, que por su dulzura y suavidad dicen que sirve para enamorar.

  Además, ya lo sabes, ya lo hemos hablado muchas veces. En lo que a mí respecta tengo flotando, esperándome, acariciándome, soplándome, cada vez que cierro los ojos y me acuerdo, brisas de algunos (unos cuantos) de los recuerdos más fascinantes, hermosos y bellos de mi vida. Esta conversación ya la hemos tenido, Padre; sabes de largo lo que para mí significa Francia.

  Y hoy te escribo para darte las gracias. Para darte las gracias por el país que nos has dado a los españoles, por Francia. Porque de un tiempo a esta parte, es ir allí uno de nuestros morenos con ojos oscuros y facciones duras y ganar. Porque en las últimas dos décadas, a nivel deportivo, hemos hecho de Francia nuestra segunda (primera) patria. Porque, efectivamente, siempre nos queda París.

  La veda la abrió Sáinz, al anotarse aquel mítico Tour de Córcega del ‘91. Y justo una década después le emuló Puras. Todo para ser el único país del mundo (tras los propios franceses) con 2 campeones distintos en el durísimo Tour de Corse. Alonso también ha ganado en Francia. Lo hizo justo el año en que se decidían los juegos del 2012, chafando, en parte, el apoyo en Magny-Cours hacia la candidatura parisina, porque él tenía la madrileña. Que les pregunten a Pedrosa y a Lorenzo que qué significa Le Mans para ellos. Los casos más abruptos son los de tenis y ciclismo. En el primero, desde 1993, hasta en 10 ocasiones uno de los nuestros ha triunfado en la Philippe Chatrier. Sin contar otros 5 subcampeonatos, finales 100% ibéricas incluídas. En el segundo, salvando el (gran) “manchón” de los 7 Tours de Armstrong, los nuestros han subido con regularidad al podio (18 veces) desde 1987, 11 victorias incluidas, monopolio de Miguelón incorporado, y probablemente uno adicional a la vista.
  La conclusión es clara: los franceses organizan algunos de los torneos más prestigiosos del mundo en sus respectivas disciplinas, y los nuestros se los llevan. Joder, si es que no me extraña que chiflen a los nuestros a la mínima. ¿Os imagináis… os habéis puesto en su lugar? Espero, desde luego, que no llegue el día en que un británico o un francés arrasan en nuestro país.
 
  Te doy las gracias, desde luego, porque al final, tanto para hacer historia (“La Nueve”, París, 1944), como para hacer “purgar penas” (Lo verde empieza en los Pirineos, sur de Francia, final de la dictadura franquista), o para finalmente, olvidarnos un poco de crisis/penurias/quehaceres diarios (deportistas españoles, Francia, últimas décadas), los españoles hemos acudido con cierta regularidad al vecino de arriba.
  Te doy las gracias porque tenemos una segunda casa, porque los madrileños vamos al cielo y los españoles a París.

  Pero entre tanta alabanza, también me gustaría pedirte un par de cosas para mañana: la primera, que nos pongan la versión correcta del himno, la solemne, la lenta. Y la segunda, que efectivamente sea nuestro himno, en vez de hacernos retornar a 1996.

  Y sí, Padre. Estoy encantado con el país, ya lo sabes. Viva Francia.



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jueves, 1 de julio de 2010

EL RECORRIDO

...así, justo por eso que había pasado. Tenía la mirada perdida. Sus ojos, vidriosos, desencajados, inmóviles, insípidos, revelaban la seca lectura del vacío, la ausencia, la insignificancia; de la nada. Realmente, no alcanzaba a explicarse cómo había alcanzado esa situación, pese a todo. No lo entendía. No lo esperaba. No lo creía. No lo creía. 

Cerró sus ojos, sin duda lamentando la situación. Y se acordó de que había sido muy muy grande, no hacía tanto tiempo. Recordó aquellas tardes mágicas, maravillosas, aquellos atardeceres espléndidos, llenos de vida, plenos, gracias a sus victorias.

De uno de los ojos brotó una solitaria lágrima. No lo entendía. No lo esperaba. No lo quería creer. Se contraponía a aquel otro sentimiento de vitalidad, de plenitud, de grandeza; tan presente no hacía tanto.

La lágrima prosiguió su camino sorteando los poros de aquella mejilla pálida, incolora, tensa, cuasi-inerte, acorde con sus ojos. Insípida.
Una procesión de imágenes cabalgaba en su memoria, positivas, de unión. Las últimas eran antónimos. No lo entendía. No se lo quería creer.

Aquella lágrima ya había llegado al ángulo de mandíbula, y pacientemente, aguardaba a recoger el agua suficiente para terminar su viaje. Se acordó de aquel mentor, aquel guía, aquella luz a quien tanto quería, que con tanta confianza había seguido. 

En su precaria posición, la lágrima temblando, agotaba sus posibilidades. Sintió un suave susurro, difuso, casi inaudible. “Vamos a…” “Voy…” “Vas a sacarte de aquí”.
Impulsivamente abrió los ojos. Por un momento, volvieron a refulgir, recuperando aquella vitalidad. Perderla, había sido casi una profanación. Recuperando aquel brillo, aquella vivacidad característica. Aquella fuerza. Su mirada volvía a revelar, volvía a vivir.
La lágrima ya no titilaba en su mejilla. Quedaba un recorrido.



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sábado, 12 de junio de 2010

HA COMENZADO LA GUERRA MUNDIAL

  Táctica, método, ataque, campo, sistema, bajas, cansancio, moral, defensa, flanco, cerebro, cubrir, terreno, resultado, lesión, movimiento, derribo, esfuerzo, capitán, lanzamiento, victoria o derrota, vencer o morir. 
Durante el próximo mes nos vamos a hartar a escuchar vocabulario sinónimo/similar/parejo. Idéntico. Vocabulario bélico, de hecho; llevado aún más allá por los artículos periodísticos. Pero por fortuna, toda esa adrenalina acumulada, se quedará ante un televisor. Ni siquiera los… contendientes, llegarán mucho más lejos que meros roces/tanganas, alguna lesión relativamente seria a lo sumo, pero sin peligrar ninguna vida.

  Siempre me he preguntado cómo es posible que este deporte, y muy particularmente éste, pueda generar tanta devoción. El “fúrbol”, precisamente el “fúrbol” es el que arrastra a las masas. Que no suele tener grandes variaciones en el… resultado (minúsculas, comparado con baloncesto, balonmano o balonvolea, por ejemplo), y donde además éste es reducido; donde el… desarrollo suele ser repetitivo: simplemente dar patadas (nada que ver con las filigrinas del baloncesto o las tenísticas, y menos aún con su frecuencia) y sobre todo donde ambos… oponentes suelen ser tan maleducados, groseros (particularmente con el… árbitro) y protestones (es que se quejan por todo, oye). Vaya, donde salen los instintos orales más primitivos del hombre.

  Pero analizado fríamente, lo tiene todo: los… terrenos son más grandes (y por tanto cabe “más masa” [enfervorecida]), los… jugadores, son más numerosos que en el resto de deportes (y por tanto, mayores posibilidades para la… disposición táctica de los mismos [como un... ejército, vamos]) y lo que es más importante: pueden moverse libremente por todo el… terreno de “juego” (a diferencia del tenis o el voleibol, por ejemplo). Si a estos ingredientes le añadimos el morbo de… lesionados + amonestados + árbitro  (va en el mismo pack) y sobre todo, la ambigüedad (algunos me dirán que “amplitud en la interpretación”) de bastantes jugadas (e incluso las propias normas) da como resultado un brebaje picante. Picante intenso, pero sabroso. La suma de la anterior hace que todo el mundo opine, y sin embargo sea muy difícil ver (escuchar) a alguien que de verdad sepa. Qué cierto es que todos llevamos un entrenador dentro.

  En estas estamos que durante cerca de un mes, una buena parte de la población del planeta permanecerá pasmada delante del televisor durante varias horas al día viendo partidos, resúmenes, repeticiones y recontrarrepeteciones. Viendo, voceando, jurando, felicitándose y lamentándose por las… tácticas/alineaciones/sistemas de juego/desempeños de jugadores. A juicio de cada general digooo… entrenador. Descargando adrenalina.

  Y como en la guerra, la cosa consiste en ir… eliminando países uno a uno en una… lucha de supervivencia de uno contra todos, y lo mismo que en la guerra, como consecuencias habrá caras largas y… rodarán cabezas para aquellos cuyo nivel diste de las expectativas creadas, mientras que habrá… gloria y una fuerte inyección de moral para los que desempeñen un buen papel (no digamos el campeón) que se verá reflejado (y no sólo para Sudáfrica) directa e indirectamente incluso a nivel microeconómico para el/los país/es en cuestión (para el campeón, seguro).

  Bendita religión. Bendita locura. Bendita guerra.

  Sin embargo, que quede claro, señores: yo también me apunto. Ah, y soy... de los rojos.



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jueves, 13 de mayo de 2010

CUANDO CIERRO LOS OJOS


Hoy, esta noche, he vuelto a hacer Balance. Siempre lo hago, cada vez que pasa algún acontecimiento importante por mi vida. Paro en seco, miro atrás, analizo la situación y reflexiono. Pero esta vez no me examinaba yo. He cogido mi camiseta (una de las que tengo), aquí, a muchos kilómetros de distancia de mi tierra, y la he mirado fijamente, centrándome en el escudo. Por un momento, parecía refulgir. El oso estaba más alto, alcanzando los frutos del madroño, las estrellas de Madrid brillaban más, y las míticas alas parecían querer volver a brotar.

Pero esta vez, quizá sin asumir aún nada, no he llorado. Estaba centrado en repasar mentalmente. Entonces he hablado con mi padre y le he dicho que desde que tengo memoria futbolística, hemos alzado 1 Liga, 1 Copa del Rey y hoy, la UEFA (lo siento, me resisto a un burdo cambio de nomenclatura) “Te olvidas de dos Copas del Rey”. Insistía. “No, de ésas no me acuerdo”.

Entre medias, los lloros del día del Ajax, las dos semifinales de UEFA perdidas, el día de la Copa contra el Espanyol en su Centenario, el infame día del Oviedo, o el día del Centenario contra Osasuna.

Sin duda, en estos 20 años, el Atleti había dejado de ser grande (por lo menos en Europa), por más que el orgullo del forofo se negara a reconocerlo. Sumido en una grave crisis a todos los niveles mediada la temporada, y tras la negativa de Laudrup a entrenar al club (que prefirió el paro al Atleti), sin embargo, se me iluminó la cara cuando sonaron los nombres de otros dos pretendientes al trono (de verdad, los únicos que podían sacarlo adelante), Don Luis y ahora, Don Quique. Del primero, sin comentarios, y del segundo, pues que podía enseñar al equipo lo que le hacía/hace falta: ganar. El Atleti no va a ganar seis títulos de una tacada, pero con lo de la nueva mentalidad, sí puede emular al Sevilla que me maravilló (y me maravilla) o a un Valencia (Cúper) no tan lejano; de ambos me entusiasmaban su casta, su raza, su mentalidad, y su defensa.

En realidad, lo de hoy, nos devuelve otro poco (algo más, hay título incluído) de lo que este equipo fue. Pero sobre todo, da un respiro, un verdadero halo y otro motivo de orgullo al aficionado. Y más aún, como el niño del anuncio (ya podría ser toda la directiva igual que los de Márketing), hace que esta noche vayamos a dormir con sonrisa de luna de cuarto creciente. Y que de por vida, en otro de los flashes memorísticos en que se cimenta la Historia rojiblanca, todos digamos el día de mañana que “aquel 12 de mayo del 2010 yo estaba…”



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MOMENTO CERO


Ya venía barruntándolo desde hace tiempo; el cómo, dónde y con quién empezar un blog. Y cuándo. La excusa perfecta vino ayer con la final de la UEFA. En cuanto al por qué, aunque la primera entrada hará referencia al Atleti, me gustaría que este espacio que hoy se abre tuviera varias secciones que aparecerán/irán apareciendo a su debido tiempo.
La periodicidad casi que me la reservo, por razones de quehaceres diarios y por una obvia cuestión de perenne impuntualidad de servidor; por tanto me niego a comprometerme con un “cada tanto tiempo”. Además, mejor hacer las cosas bien, con ganas, cuando salen de dentro.
Finalmente, por si existe lector osado (agradecimiento de antemano, y más si éste compulsivo/sistemático), desear que se entretenga tanto como yo, y que reflexione y participe si quiere.
Aquí comienza esta historia.