TODA LA NOCHE OYERON PASAR PÁJAROS

 

TODA LA NOCHE OYERON PASAR PÁJAROS

 

Martes, 9 de octubre de 1492

Navegó al Sudoeste. Anduvo cinco leguas; mudóse el viento y corrió al Oeste cuarta al Noroeste, y anduvo cuatro leguas. Después con todas once leguas de día y a la noche veinte leguas y media. Contó a la gente diecisiete leguas. Toda la noche oyeron pasar pájaros.

 

 

Miércoles, 10 de octubre de 1492

Navegó al Oessudoeste. Anduvieron a diez millas por hora y a ratos doce y algún rato a siete, y entre día y noche cincuenta y nueve leguas. Contó a la gente cuarenta y cuatro leguas no más. Aquí la gente ya no lo podía sufrir: quejábase del largo viaje. Pero el Almirante los esforzó lo mejor que pudo, dándoles buena esperanza (…) Y añadía que por demás era quejarse, pues que él había venido a las Indias, y que así lo había de proseguir hasta hallarlas con la ayuda de Nuestro Señor.

 

Jueves, 11 de octubre (incluye el 12) de 1492

 

Navegó al Oessudoeste. Tuvieron mucha mar y más que en todo el viaje habían tenido. Vieron pardelas y un junco verde junto a la nao. Vieron los de la carabela Pinta una caña y un palo y tomaron otro palillo labrado a lo que parecía con hierro, y un pedazo de caña y otra hierba que nace en tierra, y una tablilla. Los de la carabela Niña también vieron otras señales de tierra y un palillo cargado de escaramujos. Con estas señales respiraron y alegráronse todos. Anduvieron en este día, hasta puesto el sol, veintisiete leguas.

 

Después del sol puesto, navegó a su primer camino, al Oeste; andarían doce millas cada hora y hasta dos horas después de media noche andarían noventa millas, que son veintidós leguas y media. Y porque la carabela Pinta era más velera e iba delante del Almirante, halló tierra e hizo las señas que el Almirante había mandado.

 

Esta tierra vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana; puesto que el Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vio lumbre, aunque fue cosa tan cerrada que no quiso afirmar que fuese tierra; pero llamó a Pero Gutiérrez, repostero de estrados del Rey, y díjole que parecía lumbre, que mirase él, y así lo hizo y viola; díjole también a Rodrigo Sánchez de Segovia, que el Rey y la Reina enviaban en el armada por veedor, el cual no vio nada porque no estaba en lugar do la pudiese ver.

 

Después de que el Almirante lo dijo, se vio una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alzaba y levantaba, lo cual a pocos pareciera ser indicio de tierra. Pero el Almirante tuvo por cierto estar junto a la tierra. Por lo cual, cuando dijeron la Salve, que la acostumbraban decir y cantar a su manera todos los marineros y se hallan todos, rogó y amonestólos el Almirante que hiciesen buena guarda al castillo de proa, y mirasen bien por la tierra, y que al que le dijese primero que veía tierra le daría luego un jubón de seda, sin las otras mercedes que los Reyes habían prometido, que eran diez mil maravedís de juro a quien primero la viese.

 

A las dos horas después de media noche pareció la tierra de la cual estarían dos leguas. Amañaron todas las velas, y quedaron con el treo, que es la vela grande sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes, que llegaron a una islita de los Lucayos, que se llamaba en lengua de indios Guanahaní.

 

Extracto del cuaderno de Bitácora de Cristóbal Colón.

 

Feliz día de España.

 

 

 

P.d.: si miras con detenimiento el actual Escudo de España y te gusta la heráldica, constatarás su riqueza simbólica. No entraremos en la simbología de los 4 reinos, ni en la forma tradicional de escudo típicamente español, ni en el reparto de cuadrantes, ni en la flor de Granada ni en tantos otros detalles de dentro del escudo.

Prestemos atención a tres elementos externos, tres elementos fundamentales, claves, a notar en un día tan señado como el 12 de octubre:

1)   1) A ambos lados del escudo apreciarás las columnas de Hércules. En la mitología griega, Hércules tuvo que ir Hispania para cumplir uno de sus 12 trabajos encomendados como penitencia. Al cumplir este trabajo, construyó una columna en cada uno de los promontorios rocosos a ambos lados del estrecho de Gibraltar. Gibraltar en la parte norte, europea, hispánica; el monte Hacho (Ceuta, España) o el monte Musa (actual Marruecos) en la parte sur, africana.

Como curiosidad, esas columnas se encuentran hoy en día en la simbología abreviada del dólar estadounidense ($)

 

2)   2) Si prestas atención con detalle, verás unas ondas azules bajo las columnas de Hércules. Simbolizan el mar. El mar que tiende puentes y abre caminos. España tiene 8.000 kilómetros de costa. Salvo por los Pirineos, la salida natural de España es al mar. El mar infinito, el mar desconocido. El mar como voluntad de expansión del país, de ir más allá de sus fronteras.

 

3)   3) Esto anterior nos lleva al tercer elemento clave, en un día como hoy, un 12 de octubre. Verás que las columnas están envueltas en unas bandas de color carmesí con la leyenda PLVS VLTRA. En el mundo antiguo, se pensaba que la tierra, el mundo, terminaba en esos promontorios rocosos donde mitológicamente se ubicaban las columnas de Hércules. Se creía que, más allá de las columnas de Hércules no había nada. Se creía que la tierra era plana y el mar caía hacia el infinito en algún punto al oeste de las columnas de Hércules. No es sorprendente que, también en España, el cabo más occidental lleve precisamente el nombre latino de Finisterra (traducido “El fin de la tierra”). Incluso en Francia y en Inglaterra tienen sus respectivos equivalente en el Cap du Finistère y el Land's End Cape.

 

En suma, había una popular locución latina, una frase hecha que, desde la Edad Antigua y durante toda la Edad Media rezaba NON TERRAE PLVS VLTRA (traducido, “no hay tierra más allá”). Tras muchos cientos de años de vigencia de aquella frase y creencia en el imaginario colectivo del mundo, la incipiente España descubrió un Nuevo Mundo al que unió con el Viejo Continente, demostrando que había tierra más allá: NON TERRAE PLVS VLTRA? PLVS VLTRA. Desde entonces, éste es el lema oficial de España (y humildemente, el mío personal): un desafío a lo desconocido, la voluntad de crecer, de expandirse, de ir más allá, de llegar más lejos, de creer, de ir y de lucharlo siempre todo hasta el final.

 

Como dicho: Feliz Día de España.