miércoles, 5 de octubre de 2011

CONTRATOS TEMPORALES PARA UNA CRISIS INDEFINIDA


Contratos temporales para una crisis indefinida



A 10 días entrado el otoño, algo más de dos meses para las elecciones, la campana que señala el inicio de la precampaña electoral parece haber sonado con fuerza, tras las últimas promesas que este pasado fin de semana han anunciado ambos pretendientes al trono del gobierno; promesas aún de verano, para paliar este, económicamente hablando, invierno infinito.

Sin embargo, cuesta trabajo, es necesario hacer un esfuerzo realmente importante para comprender la obstinación de ambos candidatos por abundar en la causa del problema como solución al mismo. El efecto, es idéntico al de intentar parar un camión pisando el pedal del acelerador.

La generalidad de “flexibilizar el mercado laboral” como salida a la crisis se concreta en la promesa realizada por uno de los dos candidatos, promesa de hacer que “en cuatro años, 100000 universitarios harán prácticas”.

El problema principal de la economía patria, es que no se valora al que estudia, y lo que se propone es exactamente eso, seguir sin valorarle. O lo que es lo mismo, menospreciarle.

En España, en líneas generales, se anima a estudiar, a formarse, a tener una carrera; a tal fin, se promulgan leyes antibotellón, se ofrecen becas, ayudas… el proceso está claro. Pero sin embargo, una vez que el niño ha crecido y se ha hecho mayor, la consecución, el aprovechamiento, la definición, se siguen obviando. El diamante, una vez que se ha pulido y dado forma, en lugar de mimarle y cuidarle es tirado a la basura.
Así, una vez que el proceso de formación ha terminado y es el momento de poner en práctica los conocimientos adquiridos a lo largo de duros años, una vez que llega la hora de recoger los frutos y pagar acorde con la prestación recibida/a recibir, en vez de reconocer dicho esfuerzo y retribuir en consecuencia, las empresas (sobre todo las empresas), no lo valoran y pagan lo mismo a un carpintero/fontanero/cualquier profesional que haya hecho FP que a un universitario, que es el que va a dirigir empresas/curar personas/construir puentes, carreteras y demás/educar a otros (se supone). ¿Qué incentivos, pues, existen?

Las empresas, exigen muchas cosas {títulos, idiomas, experiencia [mejor en el extranjero]... que luego no pagan y a veces ni siquiera utilizan, pues los universitarios son tenidos llevando cafés y/o en cualquier caso, (si acaban de finalizar/van a finalizar una carrera universitaria, de administrativo)}

El estudiante, a poco que haya sido medianamente no brillante, sino al menos responsable, se ha pasado muchas tardes y noches de los mejores años de su vida encerrado entre 4 paredes, cultivándose (culturizándose), de ahí la palabra cultura, cultivare en latín, años en los que no ha generado nada (al menos aparentemente, pues no trabajaba) y encima era pobre. Pero para bien o para mal, la sociedad se basa, al final, en las actividades del sector servicios, que es donde va a centrar sus esfuerzos el que ha estudiado. Y eso, en España, no se paga. O se exige gratuitamente, sin pagar, lo que es todavía peor.

A la larga, la gente que ha estudiado termina hastiada, finaliza quemada de trabajar de becario/de llevar cafés, de administrativo; y es esto lo que está rompiendo a la sociedad española y a la economía en general.

El problema verdadero, de fondo (mucho más allá de los bancos, de la construcción o de que la abuela vaya en moto), es que ni se valora ni se paga a los trabajadores en general, pero muy especialmente a los titulados universitarios en particular. Esto que a primera vista puede sonar a pataleta infantil de recién licenciado, es un problema serio, es realmente el padre de todos los problemas, porque si bien el nivel de precios es equiparable al de otros países europeos de primer orden (como Francia, Bélgica o Alemania, por ejemplo), los salarios son muy inferiores, llegando incluso a la mitad si nos comparamos con los súbditos de la señora Merkel, que allá por febrero, en una de sus múltiples comparecencias simplemente lamentables, propuso solapadamente que en España se redujeran los salarios (declaraciones del pasado 13 de febrero) como medio para lograr algo de competitividad.

La crisis en España, pese a lo que diga Obama, Merkel, Goldman Sachs (por cierto, uno de los causantes de la crisis que: 1) está acusado por la Comisión del Mercado de Valores de EEUU [equivalente a nuestra CNMV] de fraude en relación a las hipotecas subprime. 2) Es uno de los actores principales en la ocultación del déficit de la deuda griega. 3) Hubo de ser rescatado [sí, lo sabemos; con fondos públicos] para evitar su quiebra. Hablando en plata: resulta sardónico que estos delincuentes sean siquiera escuchados y divulgados por medios de comunicación como noticias por sus declaraciones, cuando, debido a todo lo que han hecho, no deberían siquiera atreverse a hablar), las agencias crediticias (dominadas por intereses anglosajones, evidentemente), los mercados (bien influenciados por estos últimos) o la madre en moto de cualquiera de los anteriores, no es un problema de cuentas públicas, de posible impago o de déficit/deuda pública. Es un problema de empleo, y en concreto, de bajo pago de salarios. Por ello, la crisis terminará cuando las empresas quieran.

Y ni siquiera el paro es un problema: el problema de España no es el trabajo (que sí hay [el hecho de tener entre un 21-24% de economía sumergida {datos a 1-junio-2011} que en términos económicos supone unos 4 millones de empleos, o el hecho de que al menos 1/3 de los parados hayan rechazado al menos un empleo en los últimos 3 años, así lo atestiguan]) sino que no se paga. Y esto, al final, redunda en todo lo demás, porque a partir de aquí no hay más que tirar del hilo para sacar el ovillo: al no tener suficiente dinero, las familias ahorran al máximo y no consumen (esto explica el estancamiento de la demanda interno [estancamiento perenne {avanza un 0’6% interanual según datos de hoy mismo}, dicho sea de paso, desde hace ya 3 años largos, y para el que podemos seguir esperando sentados si nuestros políticos iluminati siguen tomando medidas similares]).

Más aún, porque la realidad es que durante mucho tiempo, muchas empresas, en prácticamente todos los sectores, han estado trabajando con márgenes de beneficios que fácilmente oscilaban entre el 30 y el 50% (léase intermediarios en general, banqueros, constructores…) y que de repente, por la situación actual, por la coyuntura, se tienen que conformar con el 5 o el 10 por ciento, pongamos por caso. Sin importar qué, siguen blindando contratos de directivos o jubilaciones de consejeros (lo de los salarios bajos, o reducirlos, en este caso no cuenta, hay pues, que cambiar para éstos la vara de medir). Y claro, los roces y las fricciones existen porque cuando alguien lleva mucho tiempo comiendo caviar y jamón ibérico, si le sirves un plato de salami o incluso de jamón serrano no le sabe lo mismo.

Por todo esto, todo aquello que sea ayudar (aún más) al empresario, es un error considerable. Y es un error grave. Por esto, seguir incidiendo en el fomento de la temporalidad (a través de la reciente suspensión del límite al encadenamiento de contratos temporales, que antes llevaba a ser contratado en modalidad indefinida al hilvanar 2 años en un período de 30 meses; o ampliando los contratos de formación [que ya pasaron de edad máxima de 21 años a 25 en 2010 y se volvió a aumentar hasta los 30 años el pasado 24 de agosto {turno de preguntas retóricas: ¿es que quieren que nos estemos formando toda la vida? ¿no será que bajo el nombre de “Contratos de formación” pretenden aprovecharse (todavía más) del trabajador para que este desempeñe funciones más elevadas a las del puesto por un salario más reducido?}]. Por esto, ya no lo llaman explotación, sino “flexibilidad laboral”, que queda más moderno y elegante, alejado de la tosquedad de la palabra susodicha. Y por esto, prometer (uno de los 2 candidatos) que en 4 años 100.000 universitarios harán prácticas, es una desfachatez.

Porque cuando un joven opta por estudiar, opta por aprender educación, cultura y una profesión; no es de recibo que te digan que, en el mejor de los casos, aspiras a ser mileurista. Para esto, honestamente, nadie tira 5 años de su vida a la basura: te pones a trabajar con 18 años, y con 23 ya tienes coche, la entrada para el piso y encima algo ahorrado. El problema es ése, que con unas variables económicas similares/no tan distantes y en algunos casos mejores que otros países europeos (léase deuda pública o déficit público), incluída Alemania, aquí, no se paga, se pretende que trabajemos gratis.
Para un empresario, es un chollo tener universitarios que le hagan todo el trabajo sucio (porque mandan trabajos administrativo y nada más) que además se lo hacen gratis (con becas que al final lo paga el Estado o estilo  200€-300€) y cuando quiere (contratos temporales). Y en el mejor de los casos, como dicho, aspirar a ganar 1000€ (cuando en cualquier empresa se paga a sus trabajadores no universitarios prácticamente lo mismo). Ése es el problema.

Con todos los anteriores ingredientes metidos en la marmita, es obvio que muchos decidan no probar el brebaje y se aventuren con otras marmitas. O con no trabajar y cobrar el paro. Supongamos un joven que busque independizarse y busque trabajo en una gran ciudad española. Madrid o Barcelona, por ejemplo. Si tiene que pagar un alquiler de, pongamos 400-450€, comer (otros 300€), algo de ropa y algún gasto extra en forma de impuestos o de lo que sea (que siempre llega), ¿qué queda, si se pagan 1000€ netos? Es evidente/lógico/obvio/normal que mucha gente opte por quedarse en casa cobrando los 400€ (aproximadamente) del desempleo; no es que la gente sea tan vaga como la pintan, sino que no se les está dando otra opción: hay que mover mucho para conseguir incluso menos que sin hacer nada. Sencillamente, trabajar, no sale rentable [a ese nivel de salarios, y no sale rentable para el trabajador, obviamente. Trabajador que, como no es tonto, en cuantía de 160.000 desde 2008, se ven obligados a emigrar. Trabajadores formados. No como en la emigración de los 60. Y nuevo incumplimiento de la Carta Magna, pues en su artículo 42 dice que “El Estado velará (…) por los trabajadores españoles en el extranjero, y orientará su política hacia su retorno”. También por esto, entre otras muchas razones, modificar nuestra Constitución a golpe de decretazo de los dos grandes partidos, es un insulto/bofetada de doble dirección para el ciudadano].

Justo aquí sale a flote otro de los grandes problemas que de cuando en cuando se airean desde ciertos sectores, apuntándonos y señalándonos con el dedo acusador: la tardía emancipación juvenil en España. En nuestro país, un 67% de los jóvenes entre 18 y 29 años vive aún bajo el techo de sus padres, mientras que por ejemplo, en los países escandinavos, a la misma franja de edad le corresponde un 30%. Como decíamos, para unos niveles de precios similares, en España los salarios tocan a la mitad. Ante los datos expuestos en los dos anteriores párrafos, achacar a la juventud la tardía emancipación es un acto de absoluta necedad. O de perfecta hipocresía. Mejor pensemos que son lo primero. Mejor tontos que tramposos.

Y claro, esperemos que esto no sea rebatido por ningún empresario aprovechado (y a veces ni siquiera empresarios), listillo él/ellos, diciendo que lo que hay que hacer es eliminar las prestaciones por desempleo (pues esas prestaciones están concebidas para sobrevivir, es gracias al trabajo que se debería poder vivir [y no se hace/nos dejan en el contexto actual]).


Incluso más aún, porque si llevamos este argumento al extremo, ni siquiera para las empresas es beneficioso pagar estos salarios bajos.
1)   Porque la empresa que paga salarios más altos, también atraerá a los mejores candidatos trabajadores.
2)   Porque la empresa que paga salarios más altos, dado que está haciendo un esfuerzo, sin duda también exigirá más a sus empleados, entre otras cosas, delegando funciones para que las decisiones se tomen también en estamentos más bajos, lo que a la larga, evidentemente, permite ahorrar costes.
3)   Porque la empresa que paga salarios más altos, y esto se desprende del argumento anterior, esa delegación de funciones también implica otorgar mayores responsabilidades a los empleados, mayor diversificación y variedad en sus tareas, y por lo tanto mayor satisfacción en su puesto de trabajo (el trabajador se siente apreciado y eso contribuye a su realización en el sentido más amplio)
4)   Porque la empresa que paga salarios más altos, y esto es una consecuencia de todos los anteriores, sin duda también tendrá trabajadores más motivados (obvio, pues se mete más dinero en el bolsillo del trabajador).
5)   Porque siempre, siempre, siempre, los de Márketing nos venden la moto que dice que el cliente es lo más importante, y que el cliente siempre tiene la razón. Esto es mentira. Es el trabajador lo más importante. Y de cuidarle bien depende la salud de la empresa. El trabajador es la cara de la empresa, y en última instancia, el nexo entre la empresa y el exterior, ya sean participantes o no. Un trabajador con unas condiciones decentes, un contrato serio y un salario como Dios manda, para empezar no tendrá incentivos para marcharse. Pero desde luego, dará todo lo que tiene dentro por la empresa, a la que considerará como suya. Y así, el obrero/oficial hará un buen producto, el comercial estará contento y lo venderá bien, con una sonrisa y dando facilidades, y los de administración se esforzarán porque todo esté a punto y en orden, con más celeridad si cabe. Por supuesto que son profesionales, pero si se les reconoce, además echarán el resto.

Pagando esos salarios más altos, la empresa estará realizando un esfuerzo, por lo que exigirá y demandará más al trabajador; y éste, sintiéndose apreciado, valorado y demandado, dará lo mejor de sí mismo, contribuirá, apoyará, aportará. La propia empresa, es evidente que tiene un incentivo a exigir al trabajador, a que (se) desarrolle, a que no esté llevando cafés, o a que dedique lo menos posible a tareas administrativas, sino a tareas que reportarán mayores beneficios a la empresa. La responsabilidad, motiva. Y la carencia de ella, aliena. Lo segundo sucederá si la empresa se autocomplace en la mediocridad de pagar salarios reducidos/ofrecer contratos temporales, como medio para alcanzar una “competitividad” del todo ficticia, pues al final desemboca en ser la China europea.
Al final, esto ni siquiera redunda en beneficio de la empresa, pues la competitividad, así lograda, significa prolongar la agonía en relación al exterior y reducir los propios incentivos de la empresa a buscar soluciones duraderas, pues lo que tendría que estar logrando a través del esfuerzo inversor, el desarrollo, la calidad y en definitiva, el trabajo bien hecho en su sentido más amplio, se lo están regalando al instante, por decreto, sin realización siquiera de un mínimo esfuerzo.

Con todo, afirmaciones como la que recientemente hizo Rubalcaba, prometiendo que “100.000 universitarios harán prácticas en los próximos años”, no hacen sino profundizar y abundar en dicha mediocridad. Y a muchos, atónitos, no les queda otra que alucinar y autopreguntarse cómo es posible que ninguno de sus asesores le haya dicho que así no, que ese no es el camino, que de esa forma no es posible. Póquer de ases si a los bajos salarios le añadimos la reciente medida (o desmedida con desmesura) de suprimir el artículo 15 del Estatuto de los Trabajadores, ése que llevaba a un trabajador a devenir fijo tras 30 meses durante un período de 2 años. Repóquer, con los contratos de formación, cuya edad ya se aumentó de 21 a 25 años y que en adelante podrán ofrecerse a personas de hasta 30 (hasta 2013).
Esto no es la flexibilidad laboral. Esto es contribuir a que haya más paro y los salarios sigan tendiendo a la baja, justo por ese paro creciente. Este tecnicismo, encubre la, algo más tosca y decimonónica expresión de prostitución de los derechos del trabajador. Entre otras cosas porque la propia flexibilización laboral, como concepto, se ha de entender como facilidad para cambiar de trabajo; no para ser despedido.

Al empresario, la explotación, se la ponen en bandeja. Porque no van al fondo del problema. Hacen medidas de pasada, coyunturales, a corto plazo y bailando al son de lobbies y otros grupos de presión (agencias crediticias, gobiernos como el alemán o el estadounidense, empresarios y patronal nacionales) para demostrar a los mercados financieros que hacen algo, mientras el problema sigue estando. Pero no hacen y se desentienden de medidas estructurales, de bienestar prolongado, de futuro.
Se pierden en el contrato de formación, el temporal, las prácticas. Ni que decir tiene que hacen lo que interesa al mercado. Es lo que pasa cuando el crecimiento es exógeno. O, más que eso, es lo que tiene cuando estamos mirando hacia afuera y hacia el “qué dirán”. De ahí las recetas de contratos temporales, facilidades de despido y reducción salarial, encubiertas bajo el tecnicismo aparente de flexibilidad laboral. Vergonzoso. Patético. Lamentable. Inasumible. Eso sí, que no se quiten las subvenciones, ayudas y bonificaciones del ente público, de las CCAA, del Estado, de todos.

Más aún, porque volviendo con los alemanes, la señora Merkel (las reminiscencias de La Dama de Hierro y alguna de sus locuras/excentricidades son más que evidentes) debiera guardarse bien de sus palabras pues fue su país, junto a Francia, el primero en saltarse la regla comunitaria que impedía que un país tuviera un déficit público superior al 3% del PIB. Sin embargo, el acto más prepotente y abusivo de todos no fue éste, sino negarse a pagar las multas que desde Bruselas se le impusieron, como consecuencia de dicho incumplimiento. Frau Merkel, Europa, somos todos.

Señores, les presentamos a aquellos que defienden la economía de libre mercado. Señores, con todos ustedes aquellos que defienden la flexibilización.

El riesgo es un concepto inherente a la empresa. ¿Pues qué riesgo existe si la balanza siempre cae del lado de la (gran) empresa (por supuesto, no metemos en el saco a las pequeñas empresas/tiendas de barrio)? ¿Es esa la forma de crear/ganar/obtener competitividad?

El problema (el gordo, por supuesto; el problema de fondo), no son las cuentas públicas (salvo en algunas CCAA), ni el nivel de deuda; ni siquiera el paro (como acabamos de ver). El problema es la falta de demanda. Y los ciudadanos demandarán más bienes en cuanto tengan más dinero en sus bolsillos. Así de simple.

En última instancia, lo que utópicamente sería la solución, que es que las empresas subieran paulatina y constantemente los salarios (hasta alcanzar los niveles europeos, por categoría profesional, en un plazo no superior a 10-15 años), generaría inflación; pero a este respecto, 2 consideraciones:
1)   Pese al efecto ilusorio que se generaría (pues el incremento en los salarios se compensa con incrementos en el nivel de precios [tengo más dinero en los bolsillos pero también tengo que pagar más por los mismos bienes]), no conviene olvidar que en macroeconomía tenemos 3 grandes variables (empleo, PIB e inflación), y de que de las 3, las 2 primeras vienen de la mano: crear más empleo significa producir más y viceversa. Y como las 2 primeras representan un 66’6%, desde una lógica tan infantil como aplastante se deduce que es preferible tener 2 cosas bien (por cierto, las que más repercuten directamente sobre los ciudadanos) que una sola.
2)   Ande o no ande, caballo grande. O lo que es lo mismo: aun cuando toda mi subida salarial se vea compensada por una subida en precios en la misma proporción, el ciudadano/trabajador prefiere cobrar un mayor salario puesto que al final, en la cesta de bienes compuesta (de un modo más o menos arbitrario) para determinar la inflación no están todos aquellos, y tampoco todos ellos subirán en la misma proporción: al ser una media, aunque ponderada, habrá bienes que suban más que otros, y también hay establecimientos que el mismo bien le ofrecen más caro que otros: que sea pues, el ciudadano/consumidor, el que con ese mismo salario decida.







¿Qué podríamos (estamos obligados) a hacer?

1)   Eliminar todas aquellas leyes/reglamentos/decretos (contratos formativos, contratos temporales, prácticas) que bajo la careta de la flexibilización laboral lo que conllevan es el endurecimiento de las condiciones de trabajo y de vida de los ciudadanos/trabajadores. Es decir, volver, en este sentido, al punto de partida, porque si ya estaba mal antes, con la modificación aún peor, pues no se hace sino legalizar el abuso hacia el trabajador.

2)   Fomento del Estado del Bienestar e incremento del peso estatal en el conjunto de las Administraciones Públicas: de un lado, se han puesto de manifiesto las carencias de nuestro Estado de las Autonomías: mientras las cuentas y los números del Estado siguen siendo cuando menos aceptables (ver gráficos), 




1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
BE:Belgium BE -0,6 0 0,4 -0,1 -0,1 -0,3 -2,7 0,1 -0,3 -1,3 -5,9 -4,1
DE:Germany DE -1,5 1,3 -2,8 -3,7 -4 -3,8 -3,3 -1,6 0,3 0,1 -3 -3,3
GR:Greece GR : -3,7 -4,5 -4,8 -5,6 -7,5 -5,2 -5,7 -6,4 -9,8 -15,4 -10,5
ES:Spain ES -1,4 -1 -0,6 -0,5 -0,2 -0,3 1 2 1,9 -4,2 -11,1 -9,2
FR:France FR -1,8 -1,5 -1,5 -3,1 -4,1 -3,6 -2,9 -2,3 -2,7 -3,3 -7,5 -7
IT:Italy IT -1,7 -0,8 -3,1 -2,9 -3,5 -3,5 -4,3 -3,4 -1,5 -2,7 -5,4 -4,6
NL:Netherlands NL 0,4 2 -0,2 -2,1 -3,1 -1,7 -0,3 0,5 0,2 0,6 -5,5 -5,4
PT:Portugal PT -2,7 -2,9 -4,3 -2,9 -3 -3,4 -5,9 -4,1 -3,1 -3,5 -10,1 -9,1
FI:Finland FI 1,6 6,8 5 4 2,4 2,3 2,7 4 5,2 4,2 -2,6 -2,5
SE:Sweden SE 0,9 3,6 1,5 -1,3 -1 0,6 2,2 2,3 3,6 2,2 -0,7 0
UK:United Kingdom UK 0,9 3,6 0,5 -2,1 -3,4 -3,4 -3,4 -2,7 -2,7 -5 -11,4 -10,4














Déficit público como % del PIB





Fuente: Eurostat



















1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
BE:Belgium BE 113,7 107,9 106,6 103,5 98,5 94,2 92,1 88,1 84,2 89,6 96,2 96,8
DE:Germany DE 60,9 59,7 58,8 60,4 63,9 65,8 68 67,6 64,9 66,3 73,5 83,2
GR:Greece GR 94 103,4 103,7 101,7 97,4 98,6 100 106,1 105,4 110,7 127,1 142,8
ES:Spain ES 62,3 59,3 55,5 52,5 48,7 46,2 43 39,6 36,1 39,8 53,3 60,1
FR:France FR 58,9 57,3 56,9 58,8 62,9 64,9 66,4 63,7 63,9 67,7 78,3 81,7
IT:Italy IT 113,7 109,2 108,8 105,7 104,4 103,9 105,9 106,6 103,6 106,3 116,1 119
NL:Netherlands NL 61,1 53,8 50,7 50,5 52 52,4 51,8 47,4 45,3 58,2 60,8 62,7
PT:Portugal PT 49,6 48,5 51,2 53,8 55,9 57,6 62,8 63,9 68,3 71,6 83 93
FI:Finland FI 45,7 43,8 42,5 41,5 44,5 44,4 41,7 39,7 35,2 34,1 43,8 48,4
SE:Sweden SE 64,3 53,9 54,7 52,5 51,7 50,3 50,4 45 40,2 38,8 42,8 39,8
UK:United Kingdom UK 43,7 41 37,7 37,5 39 40,9 42,5 43,4 44,5 54,4 69,6 80














Deuda Pública como % del PIB





Fuente: Eurostat










































especialmente en lo que se refiere a los niveles de deuda pública, el desajuste en las cuentas públicas proviene de determinadas autonomías (fuerte endeudamiento de CCAA como Cataluña, que además se ha visto obligada [en un servicio tan básico como importante como lo es el sanitario], tanto a reducir el personal como el salario del mismo), quizá sea el momento de recentralizar algunas competencias (como educación [que no se lo digan a la Espe], empleo y quizá algunos ramales de la propia sanidad, por ejemplo) en las que la eficiencia estatal parece ser superior a la autonómica.
Por otra parte, tal y como hemos demostrado, cuando la crisis es de falta de demanda, la contracción en el Estado del Bienestar, la supresión y los recortes no hacen sino profundizar en la herida para llegar al hueso. Así, por ejemplo, la paralización del AVE entre Madrid y Lisboa fue un error rotundo (aunque error portugués, con repercusiones para nosotros).

3)  Lucha contra el fraude y la corrupción.
En cualquier economía, o mejor dicho, país que se precio de serlo y se muestre orgulloso de sí mismo, mantener niveles de un 25% de economía sumergida es sencillamente inadmisible. Este tópico, no por serlo deja de ser algo más que urgente, especialmente en el actual contexto: en España, la cifra, que oscila entre el 20-25% se ha enquistado/perennizado desde hace más de 15 años en dichos valores. Teniendo en cuenta que ese 25% (algo menos del 14% en ALE) supone unos 4 millones de empleos (según el estudio FUNCAS) significa que en España, en este momento, tendríamos en la práctica pleno empleo. Aparte de que (también esto) tiraría de los salarios hacia arriba (escasez de trabajadores), en forma de cotizaciones se ingresarían unos 15000 millones de € (según los autores del mismo estudio); sumados a los 4000 millones que se ingresarían con todos los emigrantes españoles como consecuencia de la crisis (ver entrada del 29 de agosto del 2011, de este mismo blog), dejarían en las alforjas unos 19000-20000 millones de €, sin hacer nada, sin tomar medidas de ningún tipo. En concreto, daría para hacer el AVE Madrid – Lisboa 10 veces, se podrían construir 272 hospitales con una capacidad de 150 camas, ó 95 parques tecnológicos (en España existen, actualmente, 80), o financiar completamente el “agujerete” que Cataluña tiene en sus cuentas (inciso y sugerencia, pese a que este no es el momento: a este respecto, a muchos políticos separatistas como Puigcercós, o, algo más encubierto, el amigo Mas, más les valdría callarse y actuar con más humildad y sentido de la responsabilidad, en vez de llenarse la boca con soflamas separatistas de medio pelo, de las que, por otra parte viven, y que pagamos todos los españoles [tanto sus salarios, pues no parece que estén dedicados a la generación de bienestar/producción española, como las subvenciones que por decir sandeces y generar inestabilidad reciben {en cuantía de hasta 4 millones de € para CiU, y hasta 1’5 para ERC}, ambos, como decimos, sí son más que susceptibles de ser recortados; aquí sí se podría meter la tijera sin contemplaciones ni remordimientos de conciencia, y sobre todo, con la seguridad de que se están haciendo las cosas bien.])

4)  Incremento del Salario Mínimo Interprofesional.
Además de que el actual partido en el Gobierno prometió llevarle desde los 600 en 2008 hasta los 800 al final de su mandato. Actualmente está en 641. Sabiendo que por tanto, el incremento es del 6’8% en 4 años, sería un mal chiste si no fuera porque es un dato oficial.
Huelga decir que el establecimiento de un suelo salarial gracias al SMI, hace que los salarios en general tiendan al alza, lo que contribuiría, por lo tanto, lo que aquí defendemos de retribuir al trabajador de acuerdo con lo que se merece y con su entorno; incremento generalizado y sostenido de los salarios, hasta alcanzar los estándares de los países europeos avanzados (lo mismo que ya hace tiempo que hemos alcanzado su nivel de precios) en un plazo no superior a 10-15 años.

5)   En línea con lo anterior, y pese a que sea relativamente utópico: dado que la crisis en España acabará (por todo lo expuesto) cuando las empresas quieran, empezar porque ellas mismas pacten subidas salariales para re-estimular la confianza en la economía, la demanda y pagar como se debe al trabajador [no nos cansaremos de decirlo], sería la solución óptima.

6)   Donde directamente hay que ayudar a las empresas, es exclusivamente en la formación de las mismas y en el fomento del empleo estable y de verdad. En este sentido, resulta cuando menos sorprendente (o quizá no) que en España, los trámites burocráticos para abrir una empresa (suponiendo que ya está todo hecho y registrarlo sólo depende de los entes públicos competentes) lleven más de 47 días (puesto 49 del ránking en 2011), muy por detrás no sólo de países como Alemania o Francia, sino también por detrás de otros como Camerún, Afganistán o Albania. Todo lo demás, puede existir, pero tiene que ser simbólico, testimonial y accesorio; y no predominante y definitivo.




EN SUMA:

Los recortes, el mileurismo y facilitar (aún más) los contratos temporales/basura, no solamente son la solución, sino que abundan más en el problema. Ante una crisis que, en una palabra, es de demanda, contraerla aún más significa seguir empujando el puñal hacia el cuerpo. En vez de fomentar contratos indefinidos y bien pagados para que la crisis sea temporal, el camino que se está siguiendo es el de fomentar contratos temporales (y mal pagados) para que la crisis sea indefinida.























































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